Frecuentemente me acuerdo de una anécdota que me viene como anillo al dedo para ilustrar otras reflexiones. Es más, creo que ya la he transcrito aquí en alguna ocasión, así que perdón por repetirme. La historia, para el caso da igual si es cierta o es una leyenda, trata de dos hinchas de remo, el uno de Pasai Donibane y el otro de Pasai San Pedro. En plena discusión, uno de ellos salta: «No me importa que mi trainera quede penúltima, siempre que la de los vecinos sea la última». Y el otro replica: «No me importa que la mía sea última, si la vuestra se hunde».

Ésa es la sensación que queda tras leer, una vez conocidos los resultados electorales, muchos mensajes en los más diversos foros de internet. Por vez primera en unas elecciones estatales, repito, por vez primera, las candidaturas abertzales han superado a las españolistas. Los votos a Amaiur, PNV y Geroa Bai les han puesto los congojos de corbata a PP, UPN, PSE y PSN. No hay más que leer la entrevista a Jesús Eguiguren publicada ayer. Sin embargo, son más de uno y de dos -tanto en el lado de la izquierda abertzale como en el de los jeltzales- los que tienen como principal objetivo tratar de demostrar que ellos son los que la tienen más larga. Todo ello trufado de insultos y descalificaciones que sólo conducen al rencor. Incluso sobre aspectos irrelevantes políticamente, sobre cómo se viste cada uno o cómo se corta el pelo. Hay que joderse. Hay mucho hooligan que tiene tatuado en su cerebro el «con éstos, ni a heredar».

Allá cada cual con sus filias y sus fobias -muchos reproches mutuos seguro que tienen su parte de razón, o incluso toda-, pero conviene subrayar que, si de verdad se quiere llevar este país hacia la soberanía, el PNV no puede hacer nada sin los integrantes de Amaiur -la presencia de Patxi López en Ajuria Enea es una prueba de ello-, ni los integrantes de Amaiur pueden avanzar en solitario sin tejer complicidades con el PNV. Por eso es motivo de alegría que Geroa Bai le levantara un escaño a UPN-PP. Que este tema es bastante más relevante que un mero pique deportivo.