El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, anunciaron ayer que presentarán «en los próximos días» su propuesta para reformar los tratados de la Unión Europea (UE).

Según adelantaron, en su proyecto no se contempla ninguna modificación del Banco Central Europeo (BCE), después de que algunas voces abogasen por que esta institución financiera actúe como prestamista de último recurso para estados con problemas de financiación.

«Habrá propuestas pero no tendrán que ver con el BCE», zanjó Merkel la cuestión, después de decir que el presidente Sarkozy comparte con ella el principio de que el banco es «independiente».

Sin apuntar excesivos detalles, Merkel apuntó que las reformas deberán ir hacia una mayor coordinación de las políticas fiscales de los estados miembro y aludió a los incumplimientos pasados del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, protagonizados también por su país y por el Estado francés.

Posición firme

«Cada país tiene su presupuesto, pero a los que no cumplan el Pacto se les puede pedir cuentas. Porque no lo hicimos y pagamos un alto precio», reconoció. La canciller volvió a insistir en su rechazo a los eurobonos, y aseguró que mantendrá su postura contraria aunque salgan adelante las modificaciones que planteen, lo que supone todo un pulso a lo propuesto la víspera por la Comisión Europea.

Nicolas Sarkozy prefirió no ahondar en esta cuestión, mientras que el nuevo presidente italiano, también presente en la conferencia de prensa de los líderes de las tres principales economías de la eurozona, se mostró a favor de los denominados «bonos de estabilidad» pero precisó que «su contribución siempre debe producirse dentro de una unión fiscal», que es el primer objetivo de Merkel. «Hay que coordinar más nuestras políticas si queremos una moneda estable», insistió la canciller durante su intervención.

Monti destacó que Italia alcanzará «el equilibrio presupuestario en 2013 de forma sostenible» y aseguró que perseguirá «de forma rigurosa» los objetivos exigidos por la Unión Europea para «consolidar las finanzas públicas».