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Los principales actores políticos se sitúan ante las elecciones en Egipto

Las elecciones legislativas en Egipto comenzarán el lunes con la tutela del Ejército, que rechaza las demandas de los manifestantes para que abandone el poder. Al contrario que éstos, los principales actores políticos prefieren que la junta militar siga para garantizar el proceso electoral. Los Hermanos Musulmanes esperan vencer y figuras como Mohamed Elbaradei negocian su papel en el escenario posterior.

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El Consejo Superior de las Fuerzas Armadas (CSFA) que dirige Egipto tras la caída de Hosni Mubarak decidió finalmente mantener el calendario de reformas previsto, que incluye el inicio el lunes de las elecciones legislativas, pese a que había insinuado la posibilidad de retrasarlo por las protestas y la represión en El Cairo.

En la decisión coincide con la voluntad del movimiento de los Hermanos Musulmanes, que se ha desmarcado de los manifestantes de la plaza Tahrir, y esperan salir triunfantes de la cita electoral.

Después de décadas de represión y marginación bajo el régimen de Mubarak, aunque ocasionalmente tolerada, esta hermandad está considerada como la fuerza política mejor organizada del país y aspira a ganar las elecciones. Dominan las acciones sociales y el proselitismo a través de la beneficencia.

«Los `Ikhwane' (hermanos) no quieren que nada obstaculice las elecciones porque quieren llegar al poder a través de este escrutinio», afirma Mustafa Kamel el-Sayyed, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de El Cairo.

«Se oponen a la salida inmediata del Ejército (como reivindican los manifestantes de la plaza de Tahrir) porque hundiría a Egipto en la tormenta y retrasaría de hecho las elecciones», añade.

Así, pues sus intereses coinciden y mantienen buenas relaciones con la junta militar, pese a haberse manifestado en ocasiones con los jóvenes de Tahrir como en la movilización contra el proyecto de ley que impide el control parlamentario del presupuesto del Ejército o permite a éste controlar la legislación que le afecte. Tras la caída de Mubarak, los Hermanos Musulmanes crearon el Partido de la Libertad y de la Justicia para participar abiertamente en las elecciones. Con el antiguo régimen presentaba candidatos como independientes.

El islam en la legislación

Varios dirigentes de la hermandad trataron de tranquilizar recelos durante el inicio de la revuelta de primavera afirmando que no querían tomar el poder pero ahora no quieren que les arrebaten el triunfo electoral.

Los Hermanos ya consiguieron al mantenimiento del artículo 2 de la Constitución, que hace del islam la religión de Estado y de los «principios de la ley islámica» la fuente principal de inspiración de la legislación egipcia.

Aunque no apuestan abiertamente por un Estado islámico, sus candidatos proclaman que «el islam es la solución». En 2007 afirmaron que los coptos y las mujeres no están calificados para presidir la república. Los sondeos les otorgan al menos un tercio de los votos. Otro de los actores políticos es el candidato presidencial y premio nobel de la Paz, Mohamed Elbaradei, ex director de la Agencia Internacional de la Energía. Aunque las presidenciales aún están lejos, -la junta militar las anunció para antes de julio de 2012- Elbaradei mueve sus peones pero con la misma ambigüedad que los Hermanos Musulmanes.

A la vez que denunció el uso «bárbaro e injustificado» uso de la fuerza por parte de la Policía en El Cairo y consideró legítimas las demandas de los manifestantes, evitó exigir la salida de los militares, como reclaman los jóvenes que ocupan la plaza. Elbaradei afirmó que «ha llegado el tiempo de un cambio total. La revolución del pueblo triunfará sean cuales sean los obstáculos y las dificultades», pero sin dar más detalles.

A la vez, la cadena de televisión Al Jazeera confirmó el martes que Elbaradei está manteniendo conversaciones con los líderes militares egipcios para asumir el cargo como jefe de gobierno.

Relativa calma en la plaza Tahrir tras la entrada del Ejército

El Ejército egipcio pidió disculpas ayer por las muertes de manifestantes que ocupan al plaza Tahrir desde hace una semana para reclamar la salida de los militares del poder. «El Consejero Superior de las Fuerzas Armadas presenta su pesar y sus disculpas por los mártires, hijos fieles de Egipto, en los últimos acontecimientos en Tahrir», afirmó la Junta. En la plaza se vivió una relativa calma tras el despliegue de soldados y un acuerdo entre los manifestantes y el Ministerio del Interior para evitar los enfrentamientos. El Ejército bloqueó además la calle Mohamed Mahmud que lleva hsta el Ministerio del Interior, escenario de los choques más violentos, y levantó un muro de hormigón para separar a los manifestantes de la Policía. Pero el enfado de los jóvenes va en aumento con las declaraciones de los militares. Un miembro del Consejo, el general Mojtar al Mulá, aseguró que las fuerzas de seguridad han hecho un uso «correcto» de las armas de fuego y aseguró que los soldados en ningún momento han apuntado al pecho de los ciudadanos egipcios, aunque reconoció «muchas violaciones» de derechos humanos. Además, cuestionó la representatividad de los manifestantes. «Egipto no es Tahrir ni la calle Mohamed Mahmud» dijo. En Tahrir algunos empiezan a proponer limitar la protesta a la plaza. Para hoy se ha convocado una manifestación que insistirá en reclamar la salida del Ejército al que acusan de perpetuar el régimen y la represión de Mubarak. Desde el sábado ha habido 38 muertos y más de 2.000 heridos, por balas o asfixiados por los gases tóxicos de la Policía. GARA

nuevo gobierno

Según varias televisiones, la Junta Militar ofreció la jefatura de Gobierno a Kamal al Ganzuri, exprimer ministro del país de 1996 a 1999, con el régimen de Mubarak. El Ejército dijo que sólo está recibiendo a varios candidatos.

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