El llamamiento de los trabajadores de Inama en defensa de sus puestos de trabajo recabó ayer en las calles de Gernika la adhesión de cientos de personas, tanto a nivel particular como en representación de sindicatos, partidos políticos y colectivos sociales.

La dirección de la compañía, dedicada a la fabricación de tableros de madera aglomerada, mostró su intención de cerrar la planta de Muxika después de que le fuera retirada la autorización ambiental integrada, tras el incumplimiento reiterado de la legislación ambiental. Esta semana se conocía que dicho cierre podría adelantarse tras el embargo de sus cuentas y bienes por parte de la Diputación de Bizkaia a causa de la no devolución de las vacaciones fiscales.

Los trabajadores de Inama reclamaron ayer a las instituciones que hagan todos los esfuerzos posibles para solucionar estos problemas y garantizar el futuro de la empresa, de la que dependen 160 puestos de trabajo directos y otros 600 indirectos.

El comité ya anunció el pasado martes que se encuentra a la espera de recibir una propuesta por parte de la Diputación y que está dispuesto a estudiar todas las opciones posibles.

Los trabajadores de Inama reiteraron asimismo su denuncia de que la dirección de la empresa ha comenzado a sacar máquinas de la fábrica y a trasladarlas a Teruel, pese a que aún existe carga de trabajo. De hecho, los empleados continúan cada día acudiendo a sus puestos.

Los trabajadores consideran que con el desmantelamiento de las máquinas, la empresa podría incurrir en un delito de alzamiento de bienes, lo que podría acarrear responsabilidades penales.

La manifestación de ayer contó también con la presencia de trabajadores de otras empresas de la comarca que están atravesando dificultades, como Rinder Industrial, de Forua, dedicada a la fabricación de equipos de alumbrado para automoción y donde se han aplicado varios ERE en los últimos dos años.

La movilización también contó con el apoyo de los sindicatos, partidos y colectivos que componen la plataforma Busturialdean Lan eta Bizi, que denunciaron la actitud de la dirección por negarse a ejecutar las inversiones necesarias para cumplir la legislación ambiental. A su juicio, los responsables de la compañía «han dejado a la planta de Muxika abandonada para deslocalizar la producción en función de sus intereses económicos y no de los trabajadores y los ciudadanos».

La plataforma denunció asimismo que Inama ha recibido múltiples ayudas económicas en sus cuatro décadas de actividad, tras lo cual «sólo nos deja la destrucción de 160 puestos y afecciones para el medio ambiente y la salud de los vecinos. Ésta es su muestra de agradecimiento», lamentó.

Por último, subrayó que la manifestación de ayer «no hace más que reforzar nuestra exigencia de encarar un desarrollo sostenible de la comarca». La plataforma puso en marcha en abril un plan para el desarrollo económico y social de Busturialdea, ante la grave situación que padece esta comarca y la falta de respuesta de las instituciones. Según sus datos, en los dos últimos años la destrucción se cifra en 1.120 empleos, mientras el 35% de la población activa ha tenido que abandonar la comarca en busca de trabajo.