Seguimos con los anuncios como fuente de conflicto. «La Noria» volvió a emitir anuncios de algunos de los que la habían abandonado por presión popular o por estrategia publicitaria. Dicen las malas lenguas que a precios muy bajos o incluso regalados. La cuestión era romper con el boicot. Y se cumplió ese objetivo. A partir de ahí todo volverá a su cauce, y más ahora en tiempos de villancicos, cuando el consumo crece de manera espectacular.

Algunos analistas relacionan el boicot a «La Noria» con la caída de la parrilla de Tele 5 de dos programas de marcado contenido morboso: «Enemigos íntimos» y «Resistiré, ¿vale?» y emprenden discursos sobre la imaginaria regeneración de las programaciones a raíz de una supuesta revuelta popular a través de las redes sociales. Nada se puede dar por seguro, pero las luchas entre cadenas es cada vez más dura, y se están utilizando los métodos más sucios para debilitar al enemigo. La oferta general de Tele 5 y Cuatro tiene su diseño, variable, especialmente en la última, y Antena 3 apostó, aseguran, por una oferta más familiar. Pero son muchos millones los que se juegan en la publicidad menguante. Y me parecen que estamos en un juego sucio muy poco aleccionador.

Pero en los asuntos de anuncios, anunciantes y mensajes, los métodos de captación de clientela son cada vez más canallas. Por ejemplo, las famosas pulseras milagrosas Power Balance, que se anunciaron en todas las cadenas y que famosos de toda laya se dedicaron a promocionar, espontánea o contractualmente, eran un auténtica mentira y han sido condenados sus fabricantes a fuertes multas de decenas de millones de dólares por publicidad engañosa. Como si nada. Nadie se da por aludido. Errores menores. Ni un gesto de petición de perdón. Aunque realmente el anuncio de ahora mismo causa más vergüenza ajena es el de esa empresa multinacional de telefonía que mantiene el monopolio de las líneas fijas, que se apropia indebidamente de parte de la iconografía del movimiento asambleario del 15-M como soporte para seguir con sus publicidades engañosas que nadie es capaz de llevar a los juzgados. Bueno y si van, y los condenasen, los indultarían con urgencia.