Los antinucleares detienen el tren de basura radiactiva en el último tramo
Los sucesivos bloqueos de protesta de los activistas antinucleares alemanes impidieron ayer casi por completo el avance del tren con basura radiactiva en su ruta hacia el depósito atómico de Gorleben (norte del país), pese al fuerte dispositivo de seguridad.
Juan PALOP (EFE) | BERLÍN
En toda la jornada de ayer el convoy, con once contenedores tipo «castor» cargados con 2.500 toneladas de residuos altamente tóxicos, recorrió unos 60 kilómetros, de Maschen -donde pasó la noche- a Dahlenburg, donde le situaron sobre las seis de la tarde varios testigos. Así, al cargamento sólo le restarían 30 kilómetros para completar su ruta en tren y podría haber llegado la pasada noche a Dannenberg, la última estación del recorrido, si los antinucleares no volvían a sorprender a las fuerzas de seguridad.
La principal acción de protesta se desarrolló durante gran parte del día en la localidad de Hitzacker, donde cuatro personas (tres hombres y una mujer) se encadenaron por la mañana a las vías mediante un complejo mecanismo de una tonelada de hormigón y un metro de alto. Las fuerzas policiales se emplearon a fondo durante horas para soltar a estos activistas y a las seis y media de la tarde aún no lo habían conseguido.
Mientras tanto, al menos dos «sentadas» seguían obstaculizando el transporte, una en Hitzacker y la otra en el propio Gorleben, donde reinaba un ambiente festivo a pesar del frío.
Los antinucleares lograron casi paralizar por entero la marcha del tren «castor» desde que alcanzó la estación de carga de Maschen el sábado poco antes de las siete de la tarde.
Desde el pasado jueves, un día antes de que partiera el tren desde la planta de tratamiento de residuos de La Hague (Estado francés), las manifestaciones, acciones de protesta y choques entre activistas y policías han sido frecuentes. La Policía, que ha movilizado a 20.000 efectivos, afirma que sus agentes han sido atacados con cócteles molotov, bengalas y piedras, mientras que los activistas y los medios de comunicación han destacado el abundante uso de cañones de agua, pelotas de goma y gases lacrimógenos por parte policial.
Aunque oficialmente se apuntó al domingo, anoche se desconocía cuándo llegará el convoy a Dannenberg, última parada del tren, donde los contenedores serán reubicados en camiones para recorrer los últimos kilómetros por carretera hasta Gorleben.
La copresidente del partido Los Verdes Claudia Roth aseguró por la tarde en Gorleben en declaraciones a la televisión pública ZDF que el amplio dispositivo policial era propio de «un estado de excepción».