El encargado de formar un nuevo Gobierno en Bélgica, el líder socialista francófono Elio Di Rupo, confirmó ayer que espera componer un Ejecutivo y convertirse en el primer ministro del país «la semana próxima», lo que pondrá fin a la crisis política belga un año y medio después de las últimas elecciones.

«Debemos concluir nuestro trabajo lo antes posible y dotar al Estado de un gobierno con plenas funciones», declaró Di Rupo durante una rueda de prensa convocada para explicar las reformas estructurales y el presupuesto para 2012-2014 cerrado el sábado, el último gran escollo para las seis fuerzas políticas que negocian la creación de un nuevo gobierno.

Preguntado por la fecha concreta en la que espera formar el ejecutivo y convertirse en primer ministro, respondió que «durante la semana próxima», y agregó que «tenemos varios asuntos sobre los que debemos trabajar; vamos a hacerlo en los plazos más breves».

Di Rupo, que comenzó su alocución agradeciendo a los ciudadanos «su paciencia», destacó que, tras concretar la reforma institucional del Estado en octubre, los negociadores realizaron un «trabajo gigantesco» para cerrar el presupuesto de 2012, un problema que urgía resolver al incrementarse la presión de los mercados y de la UE sobre Bélgica.

La presión de la UE

«Hemos respondido a la presión de la Unión Europea, que nos pide contribuir al salvamento del euro, y que no ha dudado en dirigir a nuestro país amenazas de sanciones» si no aprobaba a tiempo el presupuesto, indicó.

Los partidos implicados en la formación de un nuevo gobierno (socialistas, democristianos y liberales), se encerraron el pasado viernes por la tarde en una sesión maratoniana para intentar cerrar el presupuesto antes de la apertura de la Bolsa hoy, un esfuerzo que concluyó con un acuerdo a mediodía del sábado.