Hablar de negociación colectiva en el actual contexto presupuestario no es más que una broma de mal gusto. Para 2012 los presupuestos del Gobierno de Navarra disminuyen un 2,95% y, en concreto, las partidas destinadas a educación, sanidad y protección social lo hacen en un 4,45%, 3,8%, 3,30%, respectivamente; los de la CAV se reducen un 1% y, respecto a sanidad, educación y empleo y asuntos sociales, estos se reducen un 0,9%, 0,5%, 1,7%.

Las directrices de ambos gobiernos son mantener la congelación de los salarios públicos, tras la reducción del 5% decidida por el decreto de estabilidad presupuestaria, y la destrucción de servicios públicos. Con estos presupuestos, el Gobierno de la CAV asegura plantearse como objetivos crear empleo, garantizar los servicios y prestaciones sociales, y la estabilidad presupuestaria y consolidación fiscal. Por su parte, el de Navarra asegura pretender cumplir con el objetivo del déficit, contener el gasto, mantener los servicios públicos, apostar por la actividad económica y el empleo. ¡Mienten!

¿Cómo es posible que alguien pueda plantear crear empleo reduciendo el presupuesto en aquellas partidas que pueden ser susceptibles de crearlo? ¿Cómo proponer honestamente mantener los servicios públicos reduciendo los gastos en sanidad, educación y protección social? ¿Cómo pueden despilfarrar 500 millones de euros en una obra que como el TAV no tiene ninguna utilidad social? ¿Cómo pueden ser tan sinvergüenzas de subirse los sueldos de manera indirecta o camuflada como en el caso de la Sra Barcina y sus consejeros, y a su vez exigir bajar el sueldo a los demás? Nos dicen que el problema es que no hay recursos, que no hay dinero. ¡Mienten! ¿Cómo se puede pretender tener ingresos sin meter la mano en la cartera a quienes defraudan, a quienes porque tienen rentas de capital tributan menos, a quienes especulan y derivan sus ingresos a paraísos fiscales, a quienes disfrutan de exenciones fiscales a la carta?

Y en este contexto, tanto en la CAV como en Navarra hacen el paripé de convocar la mesa general de negociación colectiva de las trabajadoras y trabajadores de la administración y los servicios públicos. Para LAB, la negociación colectiva en este ámbito debe ser una herramienta para impulsar los servicios públicos, mejorar las condiciones laborales y crear empleo de calidad. Pero estas mismas personas que están arruinando nuestra economía impiden y son juez y parte en la negociación colectiva. No hay negociación colectiva, hay recortes e imposición.

Por suerte o por desgracia, esto es lo que hay ante la apertura de las mesas generales. No va a haber una negociación verdadera si no les obligamos a cambiar las políticas públicas, y esto empieza por obligarles a retirar los presupuestos. Ante esta tesitura, desde LAB apostamos por la herramienta más eficaz que las trabajadoras y trabajadores tenemos: la movilización. Si no nos movilizamos nos quedamos con estos presupuestos; si no nos movilizamos, nos quedamos con congelación salarial y de plantilla; si no nos movilizamos, no hay negociación.

La capacidad que tengamos para movilizarnos hoy, con la que está cayendo, es la única alternativa posible; aceptar los recortes y la imposición solo garantiza como estamos viendo estos años más recortes y más imposición.

Por encima de las dificultades estamos dispuestos a hacer la apuesta. Las convocatorias de la mesa general en la CAV y Navarra son una oportunidad que no podemos desperdiciar.