El rey marroquí nombra primer ministro al líder del islamista PJD
El régimen marroquí ha completado el círculo en un intento de sortear la revuelta surgida al calor de la Primavera Árabe. El rey Mohamed VI encargó ayer al islamista pero pro-monárquico Abedilah Benkirane (PJD), la formación de un gobierno que nace atado de pies y manos.
GARA | RABAT
«El rey Mohamed VI ha recibido en el Medio Atlas (centro) a Abedilah Benkirane, secretario general del PJD, y le ha nombrado jefe del gobierno, conforme a las disposiciones de la nueva Constitución, encargándole la formación del nuevo Ejecutivo», señaló en un escueto comunicado el Palacio real marroquí.
El PJD (Partido de la Justicia y el Desarrollo, logró 107 de los 395 escaños en las elecciones del viernes. Es la primera vez que una formación islamista es encargada de formar gobierno. Tampoco le quedaba otra opción al rey alauí desde que a mediados de año, y en un intento de sortear las protestas populares, impulsó una reforma constitucional que le obliga a encargar automáticamente la tarea de formar gobierno a la formación más votada.
Ocurre que el PJD fue creado directamente por el impulso del régimen marroquí hace 15 años, en un intento de hacer sombra a los verdaderos representantes del islamismo político en Marruecos, la formación ilegalizada -y que ha exigido en la calle el boicot a las elecciones- Justicia y Espiritualidad.
Justicia y Espiritualidad no reconoce al rey marroquí como «El Comendador de los Creyentes», requisito que cumple con creces el PJD.
«He tenido el honor de ser recibido por Su Majestad», señaló Benkiran. quien añadió que »las palabras del Soberano me han llenado de alegría y rezo al Todopoderoso que me asista para llevar a bien la noble misión que me confió».
En su primer mensaje tras ser recibido por el monarca, el líder del PJD invitó «a nuestros hermanos de Justicia y Espiritualidad a que reexaminen su postura a la luz de la victoria electoral del PJD». Larga victoria y nombramiento que no le aseguran que pueda nombrar a sus ministros de fuerza o de soberanía (Interior y Defensa), prerrogativa real. Tampoco está claro que pueda influir en la política comunicativa del régimen, estrechamente controlada.
El PJD ya ha adelantado que quiere reservarse los ministerios relacionados con Asuntos Sociales. Y hasta ahí va a tener que negociar, presumiblemente con el bloque Kutla, que agrupa a Istiqulal (panmarroquíes), a socialdemócratas (USFP) y a excomunistas (PPS), que suman 164 escaños.
Nacido en el barrio popular de al-Akkari, en Rabat, Benkirane se afilió muy joven en las juventudes de la Unión Nacional de Fuerzas Populares, fundada en 1959 por el histórico opositor Mehdi Ben Barka.
Pero su destino político dio un giro en 1976, cuando asegura que quedó fuertemente impresionado cuando entró en una fiesta de sus jóvenes correligionarios y comprobó que no respetaban el ayuno del Ramadán.
Con 22 años abandonó a los socialistas y pasó a militar en la Juventud Islámica, fundada por Abdelkrim Moutii, hoy en el exilio en Libia. Fue rápidamente detenido y condenado a dos años de cárcel. Tras su estancia en prisión, formalizó una ruptura total en 1978 y decidió actuar dentro de la legalidad. Fundó en 1981 la Jamaa Islamiya, un grupo político que reconocía ya el estatus religioso de la monarquía.
Sun antiguos camaradas le acusan desde entonces de ser un «agente del Makhzen (Palacio Real). Su deriva no tiene freno. En 1997, cofunda el islamista moderado MPDC, patrocinado por un prohombre del régimen, Abdelkrim El Jatib. El MPC se convertirá un año más tarde en PJD. Profundamente moralista, Benkiran desprecia a la mayoría bereber. GARA
Mientras el PP, ya en La Moncloa, mostró su compromiso para trabajar con el nuevo Gobierno marroquí «en un clima de amistad», París instó a no estigmatizar a los vencedores y Washington instó a esperar a ver cómo gobierna el PJD
