Doble asalto de estudiantes islámicos a la Embajada británica en Teherán
Decenas de estudiantes islámicos iraníes asaltaron ayer dos veces el recinto de la Embajada británica en el centro de Teherán, donde arrancaron la bandera británica, saquearon la documentación y causaron algunos daños en varias de sus instalaciones
GARA | TEHERÁN
Decenas de manifestantes entraron ayer en dos ocasiones en el recinto de la embajada de Gran Bretaña en Teherán y sustituyeron la bandera británica por la iraní. Los incidentes se produjeron durante una manifestación de estudiantes frente a la Legación británica, convocada por organizaciones universitarias ultraconservadoras, en respuesta las sanciones adoptadas por Gran Bretaña contra Irán por su programa nuclear. Durante la protesta, que exigía el cierra de la misión diplomática y la «inmediata» expulsión del embajador, se rompieron varias ventanas con piedras y se quemaron algunas banderas británicas e israelíes.
AFP informó de que las fuerzas policiales antimotines que protegían a la Embajada no intervinieron para impedir el ataque. La agencia Fars, por su parte, indicó que la Policía iraní se enfrentó a los manifestantes y utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los congregados y evacuar la embajada. También Efe informó de que varias decenas de estudiantes se enfrentaron a los agentes que vigilaban la protesta, saltaron el portalón situado en el muro que rodea la embajada y, tras sustituir la bandera británica por la iraní en el mástil del edificio, entraron en sus dependencias, saquearon abundante documentación y la arrojaron por las ventanas.
Según Fars, los concentrados reclamaban que Teherán rompa sus relaciones con Londres. En un comunicado, los manifestantes, que se bautizaron como «Occupy Embassy», afirmaron que «la ocupación de la embajada ha sido obra de estudiantes revolucionarios, en un gesto espontáneo, y no ordenada por ningún órgano o ente». Dijeron que «la embajada británica debería haber sido ocupada justo después de la Revolución, hace 33 años» y defendieron que su acción «sirve a los intereses de Irán».
El domingo pasado, el Parlamento iraní votó una ley que reduce las relaciones diplomáticas al nivel de encargado de negocios y prevé la expulsión del embajador británico en un plazo de dos semanas. La decisión se adoptó en represalia por las nuevas sanciones económicas contra Irán decidas por Gran Bretaña, en forma conjunta con EEUU y Canadá, después de la publicación de un informe de la AIEA poniendo en evidencia las sospechas de los occidentales de que Irán estaba trabajando en la fabricación de un arma nuclear a pesar de sus desmentidos.
Irán lamentó el asalto a dos recintos de la Embajada británica en Teherán y expresó su compromiso con la seguridad del personal diplomático. La UE, EEUU, Rusia, Estado francés e Italia, además de Gran Bretaña, condenaron el ataque.