Las tropas de la OTAN comenzaron ayer la segunda fase de la retirada de Afganistán, prevista para 2014, con una ceremonia en el norte de Kabul. Con esta nueva fase, el Gobierno afgano se hará con el control de la seguridad de la mitad del territorio.

En una ceremonia en Charikar, en la provincia de Parwan, las tropas estadounidenses arriaron su bandera y la doblaron antes de ceder el control de la base a las tropas afganas. «Hemos estado vigilando zonas en la primera parte (de la transición) y hemos visto que la violencia ha disminuido, y en algunas zonas, significativamente», declaró el general John Allen. Todos los distritos de Parwan, excepto dos, pasarán a estar controlados por las fuerzas de seguridad afganas.

Las provincias de Balj, Tajar y Samangan (norte), Daikondi (centro), Nimroz (sur) y Kabul también pasarán enteramente a estar bajo el control de Kabul.

En el marco de este nuevo traspaso, las potencias occidentales que apoyan al Ejecutivo afgano se reunirán la próxima semana en Bonn, Alemania. Las expectativas sobre esta conferencia internacional son nulas. Pakistán ha anunciado que no acudirá en represalia por el bombardeo de la OTAN que acabó con la vida de 24 soldados paquistaníes. Algunos medios alemanes como «Financial Times Deutschland» subrayaron que, si finalmente se materializa el boicot de Islamabad, «la conferencia será inútil».