El barrio donostiarra del Antiguo seguía ayer conmocionado, un día después de que en una vivienda de la calle Logroño hallaran el cuerpo de un menor con heridas de arma blanca en el abdomen. Las hipótesis que rodean este trágico suceso seguían «sin esclarecerse» ayer, según confirmaron a este diario desde la Ertzaintza. Aunque la Policía autonómica mantenía el suicidio como «hipótesis principal», matizó que el homicidio «no se descarta» y, que, por lo tanto, «ambas hipótesis se mantienen abiertas». Además, la autopsia no contradice la hipótesis de trabajo de la policía autonómica del suicidio, aunque tampoco desecha la posibilidad de que se trate de un homicidio, según se conoció a última hora de la tarde de ayer.

Las mismas fuentes confirmaron a GARA que ayer proseguían con la búsqueda del padre del menor -quien al parecer está en proceso de separación de la madre de la víctima-, cuyo paradero se desconoce desde la madrugada del jueves. Precisamente, para ampliar la búsqueda, el Departamento de Interior de Lakua trasladó la información sobre el caso al resto de cuerpos policiales del Estado español, ante la posibilidad de que el progenitor se hubiera desplazado fuera de la CAV.

Jornada triste en el instituto

El menor fallecido tenía 13 años y cursaba 1º de la ESO en el Instituto Antigua-Luberri, ubicado en la zona de Benta Berri, en El Antiguo. Ayer, la jornada en el centro escolar fue muy revuelta porque tanto los compañeros como el profesorado estaban sobrepasados por la trágica noticia. Las clases no se pudieron desarrollar con normalidad y dedicaron las horas lectivas para hablar e intentar asumir lo acaecido. Además, durante las primeras horas realizaron pancartas y murales en los que se podía leer mensajes como «Maite zaitugu». En el tiempo de recreo, alumnos y profesores se congregaron en el patio, donde guardaron dos minutos de silencio.

Junto a una pared que se llenó de mensajes, un pequeño altar improvisado sostenía las velas que se encendieron en recuerdo del fallecido, una iniciativa que partió a través de la red social Tuenti de manera espontánea por parte de los compañeros del instituto el mismo día de los hechos.

Por su parte, el Ayuntamiento de Donostia reiteró ayer el respaldo que trasladó el día anterior a la familia de la víctima, así como a su entorno. Al hilo de lo ocurrido, la Junta de Portavoces se reunió por la mañana a instancias del alcalde, Juan Karlos Izagirre, para consensuar una nota sobre este «drama humano».

Tras la reunión, el concejal Ricardo Burutaran reconoció que se trata de una «tragedia» para toda la ciudad y apeló a actuar con «responsabilidad». Indicó que los servicios de Bienestar Social siguen trabajando directamente con los familiares del menor.

Custodia policial

El cadáver del menor donostiarra fue hallado el jueves por una persona del entorno familiar, alrededor de las 12.45, en el interior de una vivienda familiar, ubicada en el número 5 de la calle Logroño.

Los investigadores apuntaron a que se trataba de un homicidio, ya que hallaron un cuchillo y manchas de sangre en el dormitorio en el que se encontraba, pero tras el examen detallado de la Policía científica y los forenses, no descartaron la posibilidad de que el adolescente se hubiera quitado la vida. También fueron hallados restos de sangre en el pomo de la puerta principal del piso y en el garaje.

Tras varias horas en las que los alrededores del domicilio y el garaje estuvieron acordonados, el juez ordenó el levantamiento del cadáver hacia las 17.40 de mismo día, siendo trasladado al Instituto de Patología Forense de Donostia, donde ayer se le practicó la autopsia.

Por motivos de seguridad, la madre y los otros tres hijos de la pareja, también menores, fueron custodiados por agentes de la Ertzaintza.