Aimar Olaizola comenzó ayer, esta vez sí, su cuenta atrás particular de cara a la gran final que disputará el domingo contra Juan Martínez de Irujo. Tras una semana difícil, que comenzó con el segundo aplazamiento de la cita y que estuvo marcada por el fallecimiento de su padre, el delantero de Goizueta se ejercitó durante casi hora y media en el frontón de Bilbo con Mikel Urrutikoetxea de sparring.

El entrenamiento se desarrolló bajo la atenta supervisión del doctor Iñigo Simón y, según admitió el propio pelotari tras la sesión, las sensaciones fueron muy positivas. «Desde el martes no había tocado pelota por las circunstancias que he tenido. Hoy me he visto mejor que el otro día, bastante mejor. Ya dije entonces que necesitaba un poco más de tiempo, sobre todo para jugar con más confianza y meter la mano sin tanto miedo. Todavía me quedan seis días más y espero llegar bastante bien al domingo», declaró.

El menor de los Olaizola, quien reconoció haberse encontrado lo suficientemente recuperado como para jugar ayer mismo, defendió la petición de aplazamiento que le fue concecida la semana pasada: «Yo creo que no puedes salir a un partido con miedo de meter la mano a la pelota. El otro día todavía me faltaba esa confianza. Es normal. Si te rompes el dedo, por muy bien que te recuperes siempre tienes un poco de dolor y aunque no vaya a peor juegas con miedo, porque mentalmente necesitas tiempo para recuperar la confianza. Hoy mismo he notado mucha mejoría y creo que para el domingo estaré en buenas condiciones».

«Me va a costar centrarme»

No obstante, la mejoría en el estado de su dedo se ha visto empañado por el lógico trastorno que supone la pérdida de un familiar cercano. En ese sentido, Aimar dijo que físicamente no se había encontrado demasiado bien. «Por las circunstancias que he tenido, desde el martes no había hecho nada, porque tampoco tocaba. No he entrenado, no he dormido demasiado... Pero a partir de ahora entrenaré normal, descansaré, intentaré dormir bien, y espero llegar lo mejor posible al domingo».

Algo parecido sucede con la preparación mental, tan importante en el deporte de élite. Olaizola fue sincero al afirmar que «durante algunos días me va a costar centrarme en el partido, pero tengo seis días y de aquí en adelante tengo que intentar pensar sólo en la final».

El de Goizueta añadió que «en este tipo de partidos, aparte de estar bien físicamente, la cabeza también juega un papel importante: pensar en el rival, en cómo hay que jugar... No va a ser fácil, pero mi ilusión ahora es ganar esa txapela».

Finalmente, Aimar adelantó su intención de llevar a cabo un último entrenamiento antes de la final, bien mañana o bien el jueves, día para el que se ha programado la tradicional elección de material en el frontón de Bilbo. Eso sí, el navarro reconoció que sigue utilizando la misma protección en el dedo porque las nuevas que le proporcionó el doctor Simón no le han convencido. Hoy será el turno de Juan Martínez de Irujo.