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Victoria Mendoza Psicoterapeuta

Derechos humanos, pura demagogia

Nos están preparando para nuevos recortes, pero aún no escuchamos que anuncien que bajan al máximo sus sueldos ni sus dietas. Tampoco hemos escuchado que se deja de ayudar a los bancos para empezar a ayudar a los ciudadanos

Hace un par de días Mundu Bat nos ofreció todo un lujo en sus Jornadas sobre Derechos Humanos, reuniendo a mujeres de latinoamérica contando su experiencia en esa gran trayectoria de lucha social y política que cada una de ellas vive. Compartiendo con todas las personas que asistimos y les escuchamos con atención y reconocimiento la forma de como están organizadas para hacer frente a un sinnúmero de atrocidades que se cometen diariamente en nuestros países, como la invasión de trasnacionales, maltrato y falta de derechos a la mujer, feminicidio, guerra, miseria y todo la larga lista de falta de derechos y represión militar que vivimos en nuestros países con total impunidad.

La verdad es que cuando hablamos de derechos humanos, nos resulta cada vez más fácil entender las diferentes situaciones, las diferentes miradas y los profundos sentimientos de dolor que un sistema capitalista y sus guardianes -aquellos que dicen representarnos políticamente- siguen ocasionado y haciendo un mundo injusto y sin derechos.

No hemos de irnos tan lejos, porque aquí, en Europa, concretamente en el Estado español y en el País Vasco seguimos viviendo situaciones de ausencia, negación, violación y conculcación de derechos que nos impiden tener trabajo y sueldo para poder cumplir con todas las trampas que el sistema capitalista ha impuesto en nuestras vidas y que hace que cada día personas ancianas, enfermas o con niños pequeños sean víctimas de esos crueles desahucios con los que los bancos y usureros les arrebatan sus viviendas sin importarles lo más mínimo el dolor de las familias, dejándolas sin posibilidad de recuperar casa, trabajo y una vida digna.

Nos están preparando para nuevos recortes, pero aún no escuchamos que anuncien que bajan al máximo sus sueldos ni sus dietas. Tampoco hemos escuchado que se deja de ayudar a los bancos para empezar a ayudar a los ciudadanos, y tampoco nos queda claro cómo van a garantizarnos los derechos humanos de los que tanto nos hablan en sus discursos políticos, tan llenos de falsedad y demagogia, sin olvidar la falta de derechos políticos que tenemos como ciudadanos y como pueblo si se sigue cometiendo el grave error de no dialogar y no tomar en cuenta a un grupo político que representa a una gran parte de la sociedad.

Hay mucho trabajo por hacer, muchas injusticias que solucionar, muchos errores que corregir y, aunque nadie es indispensable, todos somos importantes en esta reconstrucción social y política. Aún no se está cumpliendo esa participación ciudadana en cuanto a opinar y proponer para no permitir desahucios, dispersión de presos políticos, paro, corrupción política, recortes sociales, tortura, inseguridad ciudadana, educación caduca y obsoleta; qué hacer en cuanto a la economía ciudadana; en cuanto a qué queremos y qué vamos a hacer para poder garantizar y disfrutar de todos nuestros derechos, incluido el derecho a decidir cómo queremos y vamos a construir entre todas las personas un mundo más justo, que nos permita vivir con dignidad y paz.

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