«En nombre del gobierno holandés, pido perdón por el drama ocurrido en Rawagede el 9 de diciembre de 1947», declaró el embajador de Holanda en Indonesia, Tjeerd de Zwaan, en el 64 aniversario de la masacre cometida en este municipio al este de Yakarta. Repitiendo más tarde sus excusas en indonesio, el diplomático recibió los aplausos de centenares de habitantes que participaron en las ceremonias de conmemoración, algunos de los cuales rompieron a llorar.

El 9 de diciembre 1947, durante la lucha por la independencia de Indonesia, militares holandeses que perseguían a un líder independentista mataron, una por una a 150 personas de Rawagede, según La Haya, pero llegaron a ser 431 según la fundación de apoyo a las víctimas KUKB. Holanda ha reconocido la existencia de la masacre y pagó en 2009 850.000 euros, pero siempre se ha negado a presentar formalmente sus excusas o a hablar de compensación.

No obstante, el pasado 14 de setiembre, un tribunal de La Haya condenó al Estado holandés a pagar daños y perjuicios a las víctimas. Más tarde, se alcanzó un acuerdo sobre el importe de la indemnización que asciende a 180.000 euros, a distribuir entre los nueve demandantes: un superviviente y ocho viudas. Dos de ellas han muerto, aunque sus beneficiarios recibirán la indemnización.

«Espero que reflexionando juntos sobre lo que pasó aquel día estaremos en mejores condiciones de afrontar el futuro», añadió el embajador ante un monumento de mármol erigido en honor de las víctimas. «Ani, de 70 años, hija de Anti Rukiyah, de 93 años, una de las viudas demandantes, recordó que «he crecido sin padre. Era tan difícil para mi madre encontrar trabajo e incluso cualquier cosa que poner sobre la mesa... Pero no guardamos ningún rencor», declaró. «Esto pasó hace tiempo», añade su madre, poco después de recibir de manos de responsables de la embajada una placa de madera con la inscripción «Justicia al fin para los habitantes de Rawagede».

La población recuerda

La masacre está enraizada en los recuerdos de los habitantes de Rawagede que, cada año, recuerdan a sus muertos en ceremonias llenas de patriotismo y emoción. Un cementerio donde reposan las víctimas se ha instalado en el mismo pueblo, para que nadie la olvide.

El ministro indonesio de Relaciones Exteriores, Marty Natalegawa, calificó el gesto holandés como un «avance significativo» que traerá «tranquilidad a las familias de las víctimas».