El actual presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, fue designado ayer vencedor de las elecciones del pasado 28 de noviembre por la comisión electoral, pero su rival Etienne Tshisekedi se autoproclamó inmediatamente «presidente electo» y los primeros incidentes violentos comenzaron a producirse en la capital, Kinshasa. Según las cifras provisionales comunicadas por la comisión con tres días de retraso, Kabila obtuvo el 48,95 % de los votos, mientras que Tshisekedi consiguió el 32,33 %.

Los resultados deben aún ser validados por el Tribunal Supremo, que designará el 17 de diciembre el vencedor definitivo. En declaraciones a France Press, Etienne Tshisekedi calificó los resultados «como una auténtica provocación a nuestro pueblo y las rechazo en bloque. En consecuencia me considero desde este día como el presidente electo de la República Democrática del Congo». Pidió a los congoleños «permanecer firmes detrás de mí para hacer frente a a los sucesos que van a ocurrir», y demandó a la comunidad internacional que asegure que «la sangre de los congoleños no se derrame». Poco después, en algunos barrios de Kinshasha comenzaron las protestas y se escucharon disparos.