La Sala Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional española absolvió ayer a los hermanos Dani y Xabi Saralegi de la acusación de «amenazas terroristas» por la que habían sido procesados después de que les denunciasen los dos escoltas de un concejal de UPN en Iruñea. El auto no solo incide en las contradicciones mantenidas por los policías en sus declaraciones, sino que también advierte sobre el «abuso» en las calificaciones como «terroristas». Así, los jueces consideran que «ni aún teniendo por probados los hechos relatados en la denuncia inicial, éstos habrían nunca constituido un delito de amenazas terroristas».

La sentencia ni siquiera da credibilidad a la declaración de los policías, ya que la observa «plagada de contradicciones». Además, los jueces llegan a reconocer la existencia de una «animadversión previa» de los escoltas hacia los dos jóvenes iruindarras.

Según la versión de los agentes desechada por los jueces, los dos hermanos les habrían insultado y amenazado de muerte en la mañana del 3 de noviembre de 2010. Sin embargo, no han podido presentar ni un solo testigo que escuchase tales intimidaciones, ni siquiera el propio edil al cual protegían. Por el contrario, una declarante llamada por la defensa sí que observó cómo uno de los dos acusados realizaba gestos con ánimo de que «le dejasen en paz». Este hecho concuerda con la versión mantenida por los Saralegi, que siempre han denunciado que fueron ellos quienes padecieron los insultos.

Criminalización

A pesar de ello, ambos hermanos fueron detenidos por agentes de la Policía española una semana después del incidente y juzgados en la Audiencia Nacional española, donde el fiscal llegó a pedir un año y ocho meses de cárcel, así como otros tres años sin poder acercarse al lugar de los hechos, que en este caso se trata de su propio domicilio.

Los hermanos han mantenido que el proceso buscaba la criminalización del movimiento popular, ya que la base principal de la Fiscalía era la pertenencia de Dani Saralegi a Gora Iruñea!. El juez llega a calificar a la plataforma festiva como «pro abertzale» a pesar de reconocer su pluralidad.