Al oeste de Cantabria, el Sporting tiene su particular derbi con el Oviedo; al este, el Athletic ya tiene bastante con sus duelos frente a la Real y Osasuna, cuando no el Alavés. Así que el Racing de Santander, huérfano de `clásicos', ha tenido que buscarse su propia rivalidad con el vecino, algo así como hizo el Zaragoza con los rojillos de Iruñea. Los cántabros han hecho buenas migas con los sportinguistas, así que los bilbainos son desde hace tiempo el contrario preferido para jugarse algo más que los tres puntos. Es, para los santanderinos, el `derbi del norte', como lo han dado en llamar.

Un partido Athletic-Racing en el que, ya sea en El Sardinero, ya sea en San Mamés como este domingo, no suelen faltar las connotaciones políticas o de vecindad mal entendida. La temporada pasada, sin ir más lejos, los leones se la jugaron en el último partido liguero en El Sardinero, donde el Racing esperaba aguarle su clasificación europea. Los de Joaquín Caparrós terminaron ganando.

Pero más allá de ese simbolismo, los choques entre ambos clubes nos han deparado algunas curiosidades y hasta récords históricos de la Liga.

El pasado domingo, el árbitro Muñiz Fernández contabilizaba 13 tarjetas amarillas en el Mallorca-Athletic, máximo de amonestaciones esta temporada. Pero el récord de la Liga lo detenta un Athletic-Racing jugado el 26 de abril de 2009. Los 35.000 espectadores de La Catedral asistieron al recital tarjetero del gallego Bernardino González, que mostró 17 cartulinas amarillas y 6 rojas, entre éstas últimas a Yeste y Orbaiz.

Pero no ha sido el único hito histórico liguero entre ambos conjuntos. El 5 de febrero de 1933, en San Mamés, el marcador reflejó el encuentro con el mayor número de goles de la historia de la Primera División. El resultando final fue de 9-5 favorable a los leones, con cuatro tantos de Víctor Unamuno, tres de Gorostiza y otro triplete para el racinguista José Pérez.

Aquel partido antifranquista

Precisamente, Guillermo Gorostiza es el protagonista no deseado de un episodio, también histórico, de la relación entre Racing y Athletic. Tras el golpe de estado franquista del 36, se organizaron diferentes partidos de fútbol solidarios con la República en Bizkaia. La mayoría de ellos para fines como comprar un avión para el ejército vasco, o para construir un barco que enviar a la URSS. Fueron partidos como el bautizado «pro-Konsomol» de abril del 37, nombre del barco soviético hundido por los franquistas en el estrecho de Gibraltar. O como los dos jugados en San Mamés entre militantes del PNV y ANV en febrero y marzo del mismo año.

Sin embargo, el primero de esos encuentros solidarios tuvo lugar en la capital santanderina. El 30 de agosto de 1936, racinguistas y bilbainos empataron a dos goles en un «Partido homenaje a las milicias populares y a beneficio de Socorro Rojo Internacional», organización inspirada por el ideario comunista.

El primer gol del Athletic en aquel encuentro lo marcó Gorostiza Bala Roja, jugador que, a pesar de revolucionar la banda izquierda del Athletic, más tarde `desertaría' de la Selección de Euzkadi de gira por Europa y regresaría a la capital bilbaina ya bajo dominio `nacional', para luchar en el bando fascista. Algunos de los que jugaron a favor del Socorro Rojo Internacional se exiliaron, en cambio, a México o Argentina, caso de Cilaurren, Iraragorri, Muguerza, Zubieta o Blasco, mientras que otros como Ispizua o Castaños cumplieron condenas de cárcel.

Además de aquel partido, volvieron a disputarse otros dos, en Santander y Bilbo, entre una selección cántabra y otra vasca, reforzadas ambas con jugadores de uno y otro equipo. Una historia que se recoge con detalle en el libro ``Fútbol y metralla'', obra de Carlos Aiestaran. Todos aquellos encuentros fueron el embrión del combinado vasco que después haría historia en su gira europea y sudamericana.