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Durban prolonga la negociación para lograr un acuerdo que salve la cumbre

Las sesiones de la XVII conferencia ambiental de la ONU sobre el cambio climático fueron aplazadas hasta hoy, ante la falta de consenso y tras las protestas de bloques regionales y movimientos sociales por la última propuesta de acuerdo. El texto ambiguo, sin fechas ni compromisos, que se presentó para intentar convencer a Estados Unidos, Canadá o China, enterraba de facto los compromisos de Kioto.

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Los ministros y delegados de 200 países arrancaban en Durban un tiempo extra a la noche del viernes para intentar conseguir un acuerdo que pueda salvar la imagen de la cumbre de sobre el cambio climático, siquiera con un texto de mínimos.

El proyecto presentado por la presidencia sudafricana y discutido a puerta cerrada, mencionaba «un cuadro legal aplicable a todos» después de 2020, lo que suscitó rechazos manifiestos, sobre todo de los países más vulnerables al calentamiento global. Tanto los científicos como las naciones más vulnerables consideran demasiado tarde ese plazo para evitar un calentamiento global irremediable para finales de siglo.

Dejar para después de 2020 la aplicación del acuerdo con el fin de conseguir el apoyo de los más reticentes a cualquier compromiso -Estados Unidos, Canadá, China o India- supone en realidad posponerlo sin ninguna fecha concreta, y eludir cualquier compromiso.

La comisaria europea para Cambio Climático, Connie Hedegaard, afirmó que el documento presentado por la presidencia de la XVII Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17), que ostenta Sudáfrica, no es aceptable por la Unión Europea (UE), y se mostró satisfecha porque hubo una «reacción generalizada».

«Tenemos un texto que no refleja las negociaciones. Es difícil para nosotros aceptar un nuevo proceso que se concluya en 2015 y que no esté operativo antes de 2020 como muy pronto», reaccionó Karl Hood, presidente de la alianza de pequeños estados insulares, directamente amenazados por la subida del nivel de los océanos. Las negociaciones, que comenzaron a las 16.00, fueron aplazadas en dos ocasiones debido al caos reinante por la presencia de demasiados observadores en la sala, seguían por la noche, cuando debía cerrarse la cumbre, lejos de un acuerdo. La presidencia decidió continuarlas durante el día de hoy con el fin de evitar, si no el fracaso, al menos la imagen del mismo.

Riesgo para los pobres

El fracaso podría suponer el fin del protocolo de Kioto, el único tratado que supone una obligación para los firmantes sobre el clima, y cuyo primer periodo de compromiso finaliza al acabar 2012. Para los países empobrecidos es de gran importancia que se mantenga el compromiso.

Para Sunita Narain, que dirige la ONG india Centro para la Ciencia y el Medio Ambiente, «esta conferencia va a mostrar verdaderamente que la desconfianza es máxima: entre los ricos y los pobres, entre la UE y los Brics (grupo de los países emergentes que agrupa Brasil, Sudáfrica, la India y China), entre los africanos y la UE, entre todas las partes». La cuestión del grado de ambición de las acciones anunciadas por los distintos países para limitar o reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero está también en el centro de los debates.

Por el momento, están lejos de responder al objetivo, adoptado en Copenhague en 2009 y confirmado en Cancún el año pasado, de limitar a dos grados el aumento de temperatura global del planeta. Por parte de los países europeos su objetivo es aprobar un nuevo marco, de carácter jurídico, que impondría objetivos de reducción de gases de efecto invernadero a todos los países del mundo.

La UE, apoyada por 120 países africanos, los estados insulares más amenazados del Pacífico y del Caribe y los países menos desarrollados, exige un acuerdo global jurídicamente vinculante de recorte de emisiones que entre en vigor de aquí a 2020, a cambio de sumarse en Durban a un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, que expira en 2012.

Kioto no se aplica a Estados Unidos, que nunca no lo han ratificado, ni a los grandes países emergentes, como China, India o Brasil. En Durban, India ha expresado sus reticencias y Estados Unidos no quiere ni oír hablar de «un acuerdo jurídicamente vinculante».

Según miembros de la delegación europea presentes en la reunión, sólo Estados Unidos, Canadá y Australia destacaron los aspectos positivos del texto, que incluso fue criticado por India como poco ambicioso.

La UE no quiere firmar sola

La UE «quiere un acuerdo en Durban, pero no a cualquier precio», declaró por su parte el enviado del Parlamento Europeo a la cumbre, el alemán Jo Leinen, quien consideró que «el éxito o el fracaso está ahora en manos de EEUU, China e India».

El congoleño Tosi Mpanu Mpanu, en nombre del grupo africano criticó la falta de flexibilidad de la UE, porque «si no hay acuerdo, los países africanos seremos castigados por otros países que pueden permitirse esperar», recordando que son las naciones pobres y dependientes de la agricultura las que más sufren los efectos del cambio climático.

Mpanu apeló a la UE a «mostrar su liderazgo» como cuando ratificó el primer periodo de compromiso de Kioto sin que lo hiciera EEUU.

Los científicos han dejado claro que, de no reducirse las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera en un 50% de aquí a 2050, la Tierra se calentará por encima de los 2 grados centígrados considerados críticos para la humanidad.

Aunque las reducciones prometidas bajo el Protocolo de Kioto sólo suponen el 15% del total mundial, el acuerdo se extinguiría a finales del año próximo sin la adhesión de la UE a un segundo periodo de compromiso. Rusia, Canadá y Japón han anunciado que no firmarán un segundo Kioto

China y EEUU, los dos principales emisores de gases de efecto invernadero, han eludido en estas dos semanas de negociaciones en Durban apoyar cualquier acuerdo vinculante sobre reducción de la contaminación, una postura compartida por India, que reivindica su derecho a desarrollar su economía.

El borrador no sólo disgusta a la UE, ya que Venezuela y los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de América), lo rechazaron en bloque.

Protestas en los pasillos

A la tensión en la sala de reuniones se unió la existente en los pasillos, donde cerca de un centenar de miembros de organizaciones ecologistas se manifestaron frente al salón plenario, para reclamar a los negociadores un acuerdo.

Los activistas fueron rodeados por un nutrido grupo de policías, que dejaron abierto el acceso al salón de plenos y cortaron el paso a los activistas para impedir mayores aglomeraciones.

Los manifestantes cantaron una canción de liberación zulú que solían entonar los trabajadores negros de Sudáfrica y Zimbabue durante el apartheid, y reclamaron a los delegados que «detengan a los contaminadores y escuchen a la gente».

Numerosas pancartas reclamaban a África «permanecer fuerte» y cargaban contra la falta de ambición de los países para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

«Pedimos a los países que no rebajen sus aspiraciones de lucha contra el cambio climático, y que la Unión Europea no se alinee con las posturas de China, Estados Unidos e India», explicó a Efe Aida Vila, portavoz de Greenpeace, grupo que participaba en la cumbre de Durban hasta que su director ejecutivo , Kumi Naidoo, y nueve personas más fueron expulsadas del recinto y se les retiraron sus acreditaciones, por lo que no participarán en las reuniones de hoy.

Riesgo de hundimiento en las islas de Pacífico

Los archipiélagos del Pacífico están en riesgo de desparecer bajo el mar por la subida del nivel del mar, efecto del cambio climático.

Es el caso de Tokelau, un pequeño archipiélago de unos 1.400 habitantes. El jefe de gobierno del país, Faipule Foua Toloa, asistió a la Cumbre Climática de Durban con la esperanza de volver con algún acuerdo sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

«Me ha costado 64 horas, 28 de barco, llegar hasta aquí» declaró Toloa para añadir que espera volver a casa diciendo que «algo ha pasado» en Durban.

Tokelau, que pretende cambiar su sistema eléctrico a finales de 2012 en un 93% utilizando energía solar para reducir emisiones, es una de las zonas más afectadas del mundo por el cambio climático. Por un lado el aumento del nivel del mar, que amenaza con hacer desaparecer las isla pequeñas del Pacífico, afecta de sobremanera a este archipiélago que sobresale apenas cinco metros por encima del mar. Por otro lado, afecta en la decoloración de los corales, por el aumento de temperatura del agua, que amenaza la diversidad de especies en la laguna.

El jefe de gobierno, afirmó que son uno de los países «más afectados por el cambio climático» pero que a pesar de su «vulnerabilidad» actúan y hacen su parte «en la reducción de las emisiones» de gases de efecto invernadero. Toloa añadió que no tienen intención de irse de su territorio. GARA

La cumbre olvida el debate nuclear tras la catástrofre de Fukushima

El debate sobre la energía nuclear brilló por su ausencia en la cumbre de Durban, apenas nueves meses después del desastre de la central japonesa de Fukushima.

Según la directora ejecutiva de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), María van der Hoeven «es bastante raro que no se haya menci0nado» este tema, teniendo en cuenta que es una de las fuentes carentes de emisiones de gases de efecto invernadero. Además, Van der Hoeven mostró su apoyo a la construcción de centrales nucleares, añadiendo que «desde una prespectiva global» cree que «el desastre de Fukushima no tendrá un gran impacto. Rusia, China o Corea del Sur no han cambiado su política nuclear».

En Durban, el debate se redujo a la posibilidad de incluir las nucleares en los Mecanismos de Desarrollo Limpio, un sistema que permite a los países desarrollados descontar de sus cuotas las emisiones de gases construyendo en paises en desarrollo plantas eléctricas limpias.

En cambio, la portavoz del grupo ecologista Greenpeace, que participa en la cumbre, Aida Vila declaró que están en contra de la energía nuclear y «mucho más si se plantea como una opción para ayudar a los países en desarrollo, porque genera grandes dependencias de los países desarrollados, en la gestión de residuos, mantenimientos y compra de combustibles».

«Hay otras fuentes más seguras y más adecuadas para los países desarrollados» añadió, tras lo cual dijo que su organización se alegra de que en la cumbre no se haya hablado de la energía nuclear porque el objetivo era «resolver el desafío del clima» y no para que «hagan negocio estas compañías». GARA

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