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Final del cuatro y medio de la lep.m

El metrónomo más fiable

La final más emotiva y complicada de preparar encumbró a Aimar Olaizola como el mejor especialista del Cuatro y Medio de la historia, al conseguir su quinta txapela -una más que Julián Retegi- en una final menos brillante de lo esperado, pero en la que consiguió desactivar por completo a Juan Martínez de Irujo. Lejos de enfrascarse en el frenético ritmo del de Ibero, Olaizola II llevó siempre el tempo del partido y se confirmó como el mejor en la jaula.

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MARTÍNEZ DE IRUJO 12

OLAIZOLA II 22

Jon ORMAZABAL | BILBO

La fiabilidad de los aparatos se comprueban en las situaciones más extremas y, en una final especialmente complicada, Aimar Olaizola demostró ayer en el majestuoso Bizkaia de Bilbo que, al menos en esto del Cuatro y Medio, es el metrónomo más fiable, no ya del panorama actual sino de la historia de esta modalidad cada vez más pujante. El de Goizueta no tendrá, quizá, la capacidad de responder al Prestissimo que Juan Martínez de Irujo es capaz de marcar en sus jornadas más inspiradas, pero sí que puede mantener siempre, sin perder nunca el tiempo ni el compás, ese Allegro con el que está completando un palmarés de auténtico lujo.

Dos situaciones adversas se cruzaron en el camino del de Goizueta en el momento menos oportuno, pero éste supo mantener el tempo en todo momento, para llegar justo en el instante preciso al momento cumbre de todos los campeonatos, las finales, donde se desenvuelve con una soltura sólo al alcance de los mejores solistas. Ni el dolor físico de su dedo corazón ni el sicológico por la ausencia de Andrés lograron alterar la marcha de Olaizola hacia su quinta txapela, mientras que, incapaz de meter velocidad y de avivar el partido, Martínez de Irujo fue diluyéndose en cada pelotazo con el que no conseguía romper la defensa de su rival, en cada bote de más y en cada segundo arañado por el de Asegarce en su esfuerzo de frenar cualquier atisbo de aceleración.

En el partido de la liguilla de semifinales jugado en el mismo escenario, Irujo salió victorioso del frenético cuerpo a cuerpo en el que el de Ibero convirtió el partido, pero ayer en la final nunca fue capaz de marcar la pauta y terminó rindiéndose a la evidencia.

Igualdad hasta el ecuador

A pesar de que el partido comenzó con un primer tanto peloteadísimo, la final de ayer tuvo un comienzo en el que ambos trataron de imponerse, pero en el que los numerosos fallos de uno y de otro impidieron que ninguno de los dos tomaran rentas importantes.

Sin embargo, sí que enseguida se vio que Martínez de Irujo no se encontraba a tope. La pelota no le terminaba de salir con la brillantez habitual, no conseguía desbordar la defensa de Aimar Olaizola y la finalización estaba en todo momento lejos de ser efectiva. Basta decir que, al término del partido, el de Ibero sólo contabilizó tres tantos realizados en juego, unos guarismos muy alejados de los que habitualmente estila. Tampoco el saque resultó una vía con la que reengancharse, todo lo contrario, se convirtió en el mejor aliado de Aimar Olaizola.

Tres errores casi consecutivos del de Goizueta permitieron a Martínez de Irujo acercarse a un solo tanto (13-12), pero en momentos de crisis Aimar sacó su mejor capacidad defensiva para terminar de liquidar la resistencia de su oponente.

El 15-12, en el que el de Ibero lo intentó todo sin éxito en el posiblemente mejor tanto del partido (21 pelotazos y jugado con la pelota de Irujo porque así lo quiso Aimar) fue el principio del fin de la historia de la final. Una preciosa dejada del txoko al ancho le puso rúbrica y a partir de ahí Martínez de Irujo se dejó llevar. Cuatro saques prácticamente consecutivos -varios de ellos debieron ser llevados por el de Ibero- abrieron un mundo entre ambos finalistas.

Sin excesivo brillo, pero con total merecimiento, Aimar Olaizola había vuelto a ser infalible en una final del acotado.

 

material

Durante la mayor parte del partido Aimar Olaizola jugó con las pelotas de su oponente y aunque se esperaba que sucediera lo contrario, el de Asegarce encontró en el saque el arma con el que desniveló la balanza.

ritmo

Juan Martínez de Irujo, al que la pelota nunca le salió con chispa de la mano, en ningún momento pudo imponer su ritmo y terminó con sólo tres tantos conseguidos en juego, unos guarismos muy poco habituales.

«El aita me ha dado las fuerzas»

No podía ser de otra manera y las primeras palabras del pelotari con más txapelas en el Cuatro y Medio fueron para Andrés Olaizola, su recientemente fallecido padre, al que el de Goizueta dedicó esta histórica quinta txapela del acotado. El pelotari de Goizueta confesó que lograr este título «ha sido increíble» después de haberlo «pasado muy mal» tanto en el aspecto físico como anímico. «He tenido muchas dudas, pero ganar esta txapela ha sido increíble».

«Por todo lo que ha pasado tenía muchas ganas de dedicarle el triunfo al aita. Igual eso me ha dado fuerzas. Tenía claro que frente a Irujo tenía que jugar a tope desde el tanto 1 al 22 porque si no te come, y así ha sido»,señaló. Para el pelotari de Asegarce, la clave de su triunfo estuvo en el saque,«quizá ha sido lo que mejor he hecho en todo el partido». Jon ORMAZABAL

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