Internacional
Los más duros entre los duros
Gentile niega que se ensañara con Maradona en el Mundial'82, mientras el «matón del área» Vinnie Jones vuelve a cobrar actualidad.
Joseba VIVANCO
«Maradona hizo mejores goles que el del partido con Inglaterra en México 1986. Tiene muchos errores la jugada, ¿o alguien cree que Diego se lo hubiese metido a Italia o Uruguay? Lo bajaban antes». Las francas palabras son de Claudio Borghi, actual técnico chileno. Pero también las podría haber proferido, más actualizadas, el exportero de la selección venezolana Rafael Dudamel, quien se confesó cuando reconoció, de manera sincera, que «si tuviera una pelota dividida con Messi, le arrancaría la cabeza. Porque es mi rival, porque estoy defendiendo la camiseta de mi país. Si algún día lo cruzo en un centro comercial o en un aeropuerto le diría ``hermano, usted es el mejor del mundo, ¿me regala un autógrafo?''. Pero dentro de la cancha es mi rival».
Quizás el Bichi Borghi se acordó cuando hizo esa afirmación del gran Claudio Gentile, aquel marcador azzurri que secó literalmente a Diego Armando Maradona en el Mundial del Naranjito, y que acaba de defenderse en una entrevista criticando que el Pelusa «se pasó los días diciendo que yo le había pegado» tras aquel encuentro que dejó a Argentina en la cuneta. El árbitro del choque le pitó seis faltas y todas al `10'. Y por si alguno tenía dudas de sus férreos marcajes, en el Mundial argentino del 78 «Kempes marcó a todas las selecciones menos a Italia. Le marcaba yo», ha dicho.
Los «defensas con garra»
Gentile fue nombrado el octavo tipo más duro de la historia del fútbol, según una polémica clasificación elaborada en 2007 por el diario ``The Times'', y que encabezaba el león rojiblanco Andoni Goikoetxea, al que bautizaron como ``El carnicero de Bilbao'' tras sus entradas sobre Maradona y Schuster. Un listado en el que también quedaban retratados jugadores como Stuart Pierce, apodado Psycho; el costamarfileño Vasile Boli; el escocés Willie Woodburn, expulsado de por vida; Marco Materazzi, Nobby Stiles, Giusseppe Bergomi, Roy Keane...
Hoy, esos duros del fútbol casi han pasado a la historia, `Pepes' al margen. Las tarjetas rojas a la orden del día, las expulsiones por falta del último hombre y, sobre todo, esa televisión de la que no se escapa ningún detalle en cada partido, han arrinconado a esos marcadores a los que el bueno de Gentile llama «defensas con garra», aquellos de quienes se hablaba en las previas de los partidos porque debían frenar a la estrella de turno del equipo rival.
¡Que viene Vinnie!
Hoy, sería impensable que un defensor dijera, como hizo uno de esos duros -el gran capitán argentino y ahora técnico Daniel Passarella-, que él «pegaba por placer, no era uno de esos mediocres que pegan por necesidad». Hoy, sería imposible que por esos campos de dios campara a sus anchas un hombre que, no es que pegara por placer, sino que lo hacía con alevosía. Hablamos de Vinnie Jones, imposible de clasificar en esa desafortunada lista de ``The Times'.' Ni en ninguna otra.
Sobre este personaje que a los 16 años se fue de casa para buscarse la vida, reconvertido hoy a actor y que cuelga a la entrada de su casa en California el cartel ``No tengas cuidado con el perro, pero sí con el dueño'', escribía hace unos días un impagable y recomendable artículo Rubén Uría, en www.jotdown.es.
En dicho reportaje, su autor desgrana la trayectoria de este `matón del área', que se dio a conocer en el fútbol por retirar de por vida a un contrario; que llegó a comercializar con éxito un vídeo de entradas duras e imágenes violentas sobre un campo; que casi se quedó con los testículos de Paul Gascoigne en un partido después de derribarle 14 veces -«no sé cómo Paul todavía puede usarlos después de eso», recordaba con sorna Vinnie años después-; que al frente de su Crazy Gang (Pandilla de los locos) del Wimbledon atemorizó con su llamado `fútbol cárcel' a todos los equipos técnicos de la Liga inglesa -«en este club los únicos hooligans son los jugadores», llegó a decir su entrenador-; que de Ruud Gullit llegó a afirmar que «si todo falla, siempre puedes esperar al primer córner y atar sus trenzas al poste de la portería»; que fue expulsado doce veces en su carrera, y que vio la roja directa más rápida de Inglaterra a los tres segundos de partido; que llegó a sumar 40 sanciones disciplinarias en sus clubes; que llegó a escupir a la legendaria placa del pasillo que conduce al césped de Alfield...
«Si vas a por mí, mejor que acabes conmigo o seré yo el que vuelva a por ti. En cinco minutos o la próxima temporada», llegaba a retar a sus adversarios en los tabloides, cuando no en el mismo césped. Como le espetó a Gascoigne poco antes de estrujarle sus partes íntimas, «me llamo Vinnie, soy gitano, gano mucho dinero y te voy arrancar la oreja con los dientes, y luego voy a escupir en la hierba».
Además de repartir leña a diestro y siniestro durante 330 partidos al más alto nivel, y hasta debutar con Gales -«tenemos la cocaína, la corrupción, incluso el Arsenal marcó dos goles en casa el otro día. Pero justo cuando piensas que no te queda nada por ver en el fútbol, resulta que te cuentan que Vinnie Jones es internacional», llegó a afirmar un mito del fútbol británico como Jimmy Greaves-, el bueno de Jones ha escrito su autobiografía, grabado un disco, participado en varias películas como ``Snatch: Cerdos y Diamantes'', ``X-Men'', ``60 segundos'' y ``Operación Swordfish'', y de paso ha advertido al joven que pretenda salir con su hija: «Lo siento por el chico que se presente en la puerta de mi casa para salir con ella». Ya saben, el peligroso no es el perro...
Hoy en día, la agresividad sin control no está permitida dentro del campo, por mucho que, como alguien dijera en cierta ocasión, «el fútbol no es un deporte de contacto, es un deporte de choque. La danza es un deporte de contacto».
Mientras en el Torneo Apertura mexicano el equipo de Los Tigres se ha proclamado campeón -con el joven jugador de bisabuelo vasco Jorge Espericueta esperando dar el salto al primer equipo-, en la lejana Irán el Esteglhal se imponía por 0-3 en el Surkhabi -el clásico por antonomasia del balompié nacional- al Persépolis.
En la otra punta del planeta fútbol, el Chelsea se colocaba tercero en la tabla al ganar 2-1 al Manchester City, en la primera derrota esta temporada de los de Mancini, con un Balotelli que marcó y al que en Sudán acaban de poner su nombre a una escuela para la que donó dinero. Peor le van las cosas al Kun Agüero, sustituido en los 13 partidos que ha jugado con los citizens esta campaña; todo lo contrario que el catalán Oriol Romeu, canterano del Barça, que suma su quinto partido titular y completo en el Chelsea, dejando a todo un Frank Lampard en el banquillo. Y quien ha dicho adiós en el equipo de Londres es Nicolás Anelka que, con 123 goles en la Premier -el quinto jugador extranjero que más ha marcado en Inglaterra, tras Henry, Hasselbaink, Keane y Yorke-, hace las maletas para enrolarse en el Shanghai Shenhua chino. Yu Tao, capitán del equipo, decía: «Es imposible no estar excitado con su llegada».
Por motivos muy diferentes se ha despedido el centrocampista escocés del Manchester United Darren Fletcher, obligado a retirarse de forma temporal debido a que se le ha diagnosticado una enfermedad congénita en el colon.
En cambio, otros parecen incombustibles. Raúl celebró el viernes su 50º partido en la Bundesliga y contribuyó con su asistencia al 1-2 del Schalke en campo del Hertha de Berlín. Lleva 20 goles y 9 asistencias para los azulones. Quien volvió a marcar fue Robin van Persie para el Arsenal, que ya suma 15 goles esta temporada, los mismos que Mario Gómez en el Bayern, que volvió a anotar, y son los máximos artilleros de sus ligas. Más curioso es lo de Matthew Etherington, del Stoke City, que hizo dos tantos, lo que eleva a cuatro sus dianas contra su antiguo club, el Tottenham, único equipo al que ha marcado en la Premier. Eso es tenerle tomada la medida. Por cierto, allí se debate la legalidad de las camisetas-toalla interiores que usan jugadores del Stoke para secar el balón antes de sacar de banda.
Quien se la tiene tomada es Yoann Gourcuff a su padre Christian, uno en las filas del Olympique de Lyon, el otro dirigiendo al Lorient: el domingo, el hijo volvió a ganarle a su progenitor, contra quien sólo ha perdido dos veces de las ocho en que se han enfrentado. J.V.