Raimundo Fitero
Los contagios
Viendo plataformas televisivas, por cable, terrestres o por aire de diferentes lugares de la tierra, se detectan los contagios existentes en formatos y parrillas. Desde luego, la distribución numérica en los mandos a distancia es muy parecida, aunque sea asunto que se puede variar a gusto de cada emir del salón de estar. Es indudable que las cadenas multinacionales copan, con sus series y demás asuntos, gran parte de la oferta. Las mismas series en todas las partes del mundo, con alguna variación -en ciertos lugares se emiten en original subtitulada y otros dobladas-, con muchos acentos; es decir no existe un doblaje universal al español, para entendernos.
Estamos viendo la televisión argentina y, entre los contagios de ida y vuelta, están los programas de tarde-noche donde despellejan a los famosos y habitantes de las carteleras de teatro, cine o televisión. Hay diferencias: son más crueles, manejan mucho mejor el lenguaje, pero se montan las mismas truculentas sesiones de rumores, difamaciones, acusaciones y contra-indicaciones. Los temas básicos, desgraciadamente, los mismos: supuesta homosexualidad de un actor que la niega pese a las declaraciones de su supuesto amante, con todo el tinglado montado a su alrededor; supuestos abusos de un productor con casi todas las jóvenes actrices, y todo un repertorio muy triste, muy poco constructivo, pero que formalmente se mantiene en un terreno muy casposo, pero con aires de elegancia sofisticada de papel couché desvencijado.
Están mucho mejor amadas las tertulias políticas, especialmente en las cadenas no estatales o no dependientes de los grandes grupos de comunicación o las instituciones. En las formas, en la manera de argumentar, en la intención de convencer por la vía de la expresión precisa de ideas, no de improperios.
Algo que se podría hacer extensible al comentarismo futbolero, mucho más argumentado, con especialistas de mucha categoría y autoridad por su trayectoria profesional y que, sin apartarse, de la pasión y forofismo, introduce otro tipo de mirada mucho más allá de lo obvio. Y el fútbol atraviesa todas las cadenas de una manera impresionante y contundente.