Desde Alemania siguen llegando los mensajes sólidos y claros de Merkel, en los que mantiene la unidad fiscal como piedra angular de la futura Europa. Sin embargo, no dejan ninguna señal del ansiado cambio de guión para el tratamiento de la deuda y las atribuciones del BCE en la lucha contra el encarecimiento de la financiación. Por tanto, los inversores siguen a la espera de que se concreten esas exigencias para la unidad fiscal y la pérdida de soberanía consecuente. Asimismo, precisan conocer los programas de austeridad de los nuevos ejecutivos entrantes. Mientras, el euro sigue desinflándose presa de la desconfianza y ayer se cambiaba al cierre por debajo de los 1,30 dólares. El Ibex frenó su recorte en los 8.182 puntos, tras dejarse un 1,76%. También acabaron con cesiones los índices principales de París (-3,33%), Fráncfort (-1,72%) y Londres (-2,25%). En el Ibex, hasta 16 firmas redujeron su cotización más de un 2%. Al frente de todas finalizó destacado ArcelorMittal, que bajó un 4,55%. Por detrás quedaron Amadeus, Gamesa, Indra y Técnicas Reunidas, con retrocesos superiores al 3%. De los grandes, los peores fueron Repsol (-2,41%), Santander (-2,38%), e Iberdrola (-2,28%), mientras que Telefónica tras el cierre anunciaba un recorte de dividendo en 2012 y BBVA descontaban más de un 1,70%. Las acciones de Inditex (+1,70%) se vieron favorecidas por las cuentas presentadas ayer. En París, los bancos sufrían otro calvario. Así, BNP Paribas se hundía un 7,36%, Société Genérale, un 7,99%, y Crédit Agricole, un 6,71%. Esta última entidad prevé el despido de 2.500 empleados.