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Falujah celebra la retirada de EEUU de Irak recordando la resistencia

Miles de habitantes de Falujah fueron los primeros en celebrar la retirada de las tropas de Estados Unidos tras nueve años de ocupación de Irak. La ciudad festejó el repliegue recordando a la resistencia iraquí de la que se convirtió en un símbolo tras dos ofensivas de las tropas de EEUU en 2004, que la devastaron. Mientras, el presidente de EEUU, Barack Obama, homenajeó a los soldados que han pasado por Irak.

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GARA | FALUJAH

Miles de habitantes de Falujah, primer bastión de la resistencia a la ocupación de EEUU en Irak, comenzaron ayer a celebrar la retirada de las tropas estadounidenses que debe finalizar antes de fin de año. Con el lema «Primer festival anual para celebrar el papel de la resistencia», los organizadores instalaron sobre una plaza de la ciudad pancartas en las que podía leerse «Falujah, bastión de la resistencia», «La resistencia comenzó aquí», «Ahora somos libres».

Rodeados por tropas del Ejército iraquí, los participantes levantaban carteles con imágenes de insurgentes armados, así como de soldados estadounidenses muertos y vehículos militares Humvee destruidos durante las dos grandes ofensivas contra la ciudad en 2004.

El clérigo suní Hameed Jadou, se dirigió a los manifestantes, apelando a un Irak unido y sin disputas tras el repliegue estadounidense. A su juicio, quien hable de «suníes, chiíes, kurdos o turcomanos está usando los términos del ocupante».

La ciudad, situada a 60 kilómetros al oeste de Bagdad, vivía manifestaciones contra la ocupación ya en mayo de 2003, mientras el resto del país estaba aún conmocionado por la invasión. Fue el foco de la resistencia y en abril y noviembre de 2004 tuvieron lugar sendas ofensivas del Ejército estadounidense que arrasaron la localidad. El primer ataque pretendía acabar con la insurrección y vengar la muerte de cuatro mercenarios de la empresa Blackwater y cinco soldados. La operación causó cientos de muertos entre la población civil y atrajo a numerosos combatientes de diversas milicias. La segunda batalla fue aún más cruenta. En noviembre el cuerpo de Marines inició el asedio que les supuso la mayor batalla urbana desde Vietnam. Causó al menos 2.000 muertos civiles, (aunque algunas fuentes elevan aún más esa cifra), 15.000 soldados iraquíes y 140 soldados estadounidenses. Para evitar bajas, la aviación y los tanques de los ocupantes destruyeron las viviendas aumentando así el número de víctimas civiles. Además, también fueron acusados de utilizar armas químicas como el fósforo blanco, sustancia prohibida.

Miles de familias se vieron obligadas de abandonar Falujah debido a esas batallas, que perjudicaron enormemente las infraestructuras de la ciudad

Obama homenajea a sus tropas

A la vez que Falujah festejaba la partida de los soldados ocupantes, el presidente de EEUU, Barack Obama, se dirigió a los soldados en la base militar de Fort Brag, en Carolina del Norte, en el acto estrella de una semana en la que quiere resaltar el fin de la operación en Irak, una promesa en la que basó su campaña electoral en 2008, de cara a los comicios presidenciales del próximo noviembre. Obama saludó «el éxito extraordinario de Estados Unidos en Irak» y aseguró que el país deberá recordar las lecciones de esta guerra. El presidente destacó «el elevado precio» de la ocupación que ha mantenido durante nueve años, heredada de su predecesor en la Casa Blanca George W. Bush.

Obama dijo que «el futuro de Irak quedará en manos de su pueblo», y aseguró que dejarán «un Irak estable y soberano», algo que, opinó, «es un logro extraordinario». El presidente dijo que el número de víctimas «no cuenta, ni de lejos la historia de la guerra de Irak», en la que han muerto 4.400 estadounidenses, 30.000 fueron heridos y en la que han participado 1,5 millones de soldados de EEUU en sucesivas rotaciones. Obama prometió «cientos de miles de puestos de trabajo para aquellos que sirvieron» en el Ejército, con el compromiso de las empresas privadas.

Las monarquías del Golfo temen la mayor influencia de Irán

La retirada estadounidense de Irak, después de nueve años de ocupación, inquieta a las monarquías del Golfo que temen el riesgo de que aumente la influencia iraní en la región, según analistas como Abdel Aziz Saqr, que dirige el centro de Investigaciones del Golfo y opina que «sin duda, crea un vacío. Los americanos eran una presencia tranquilizadora para sus aliados del Golfo». El analista saudí indica a France Press que la salida de las tropas de EEUU «refuerza las actividades militares y de espionaje de Irán en Irak» y cree que, aunque Irán no será «una amenaza directa para Irak, podría utilizar este país como base para amenazar a los países del Golfo, sobre todo cuando Teherán está perdiendo a su aliado sirio».

La proximidad ideológica entre el Gobierno iraquí, dominado por chiís, e Irán favorece estos lazos entre ambos, que se reflejan, por ejemplo, en la defensa del régimen sirio. «Políticamente, la marcha de los americanos acercará Irak a Irán, sobre todo porque Arabia Saudí y Turquía no tienen influencia sobre este país», añade Saqr. La tensión entre Irán y las monarquías del Golfo es mayor desde la intervención de tropas saudís para intentar sofocar la revuelta en Bahrein, cuya monarquía suní hace frente a las protestas de la mayoría chií.

Tanto el general Robert Caslen, comandante de la Oficina de Cooperación para la Seguridad en Irak, como el jefe de Estado Mayor iraquí, Babaker Zebari, coinciden en que el Ejército de Irak no está preparado para misiones de defensa exterior frente al sofisticado armamento occidental con que cuentan las monarquías del Golfo. GARA

doble atentado

La explosión de dos coches bomba causó la muerte de al menos cinco personas y heridas a 25 en la zona industrial de la ciudad de Tel Afar en Nínive. Además, varios oleoductos fueron objetivo de atentados en el sur del país.

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