Una mujer de 56 años, vecina de Burlata, fue ingresada ayer en el Complejo Hospitalario de Nafarroa tras recibir dos disparos de escopeta por parte de su marido, presunto autor del último caso de violencia machista registrado en Euskal Herria.

Según explicó el Ejecutivo de Iruñea en un comunicado, la agresión tuvo lugar a las 12.23 en la calle Fulgencio Sánchez de la localidad navarra, en el domicilio que comparte la víctima, M.V.S.G., y su supuesto agresor, E.M.F, un hombre de 62 años que trató de suicidarse con la misma escopeta de caza.

Pese a la gravedad de las heridas que ambos presentan y salvo evolución desfavorable, el Ejecutivo precisó que no se teme por sus vidas. La mujer recibió un disparo en cada pierna.

La Policía Foral no tiene constancia de que existieran denuncias previas por violencia machista en la pareja, una idea que también ha mantenido en declaraciones a Efe Tere Sáez, portavoz del colectivo feminista Andrea y de la asociación Lunes Lilas.

El Gobierno navarro indicó que, según las primeras investigaciones policiales, llevadas a cabo por la Policía Foral y por la Policía Municipal de Burlata, el hombre podría haber disparado con un arma de caza a la mujer durante el trascurso de una discusión.

Por ello, a falta de una confirmación oficial por parte de las autoridades competentes, la principal línea de investigación abierta por el momento gira en torno a un presunto caso de violencia machista. El supuesto agresor se encuentra hospitalizado en la UCI del mismo centro hospitalario de Iruñea tras haber intentado suicidarse con un disparo en la cara.

Un cuchillo en el cuello

Ésta no ha sido la única agresión machista de la que se ha tenido constancia esta semana en Euskal Herria. En Bilbo, agentes de la Ertzaintza detuvieron el martes a un hombre de 33 años acusado de insultar y amenazar a su esposa mientras esgrimía un cuchillo de cocina, con el que le produjo un corte leve en el cuello.

Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 22.00, cuando una mujer contactó con la Ertzaintza desde su domicilio en el barrio Zabala de la capital vizcaína para solicitar ayuda ya que, según explicó, su esposo estaba tratando de agredirla con un cuchillo.

Una vez en el lugar, los agentes comprobaron que la puerta de la vivienda estaba abierta y que en el pasillo había una pareja forcejeando.