CRíTICA cine
«El topo» Investigación interna
Mikel INSAUSTI
He aquí una película en la que el espectador medio se aburre sin remedio y la crítica seria dice haber encontrado en ella pepitas de oro. Supongo que en el punto medio estará la virtud, porque ni es el acabose del cine de espías, ni tampoco es una invitación tan descarada a echar la siesta. “El topo” tiene de entrada un problema difícil de salvar para los conocedores de su contenido, entre los que me encuentro. Y es que si le eliminas el suspense de averiguar quién de los miembros de la Cúpula es el traidor, te pasas las dos horas largas aguardando a que se confirme lo que ya sabías desde antes de entrar en el cine. La espera se puede volver interminable, tanto, que te obliga a rememorar la serie televisiva de finales de los 70 “Calderero, sastre, soldado, espía”, y lo bien que supo plasmar la complicada novela de John Le Carré en cinco horas que permitían no dejar ningún cabo suelto. En consecuencia, la versión de Tomás Alfredson está condenada a ser un “remake” cinematográfico, por más que haya quien crea ver otra cosa.
El más consciente de su función de mero adaptador de una obra conocida es el propio cineasta sueco, que antepone al desencriptamiento de los códigos en clave que manejan los agentes secretos un retrato de su depresiva psicología, en cuanto víctimas coyunturales del final de la Guerra Fría. La sensación de soledad y de aislamiento que provoca la imposibilidad de una verdadera comunicación, sin nadie en quien confiar dentro de un endogámico entramado de corrupción, se acentúa en la figura del encargado de la investigación interna George Smiley, esta vez interpretado de forma más amarga si cabe por Gary Oldman. Pero se echa de menos la intriga que desprendía la misteriosa e inquietante caracterización de Alec Guinness en la pequeña pantalla, debido a que “El topo” opta más por una narrativa gélida e inanimada, carente por completo de la emoción que Tomas Alfredson sí supo encontrar, en cambio, bajo la superficie helada de su anterior “Déjame entrar”.