Según se acerca el final del ejercicio, los inversores optan por mantenerse al margen. Las cifras de negocio de las últimas semanas -ayer se intercambiaron poco más de 600 millones de euros- así lo delatan, dado que no se esperan grandes referencias en las últimas sesiones de 2011. Según los analistas, sólo queda por dilucidar el sentido de las subastas de deuda italiana, en verdad preocupantes por las elevadas tasas de interés que están soportando sus bonos. En EEUU los síntomas de mejoría son cada vez más evidentes, tal como se demostró ayer con el fuerte aumento de la confianza del consumidor. Como contrapeso negativo, se conocieron datos decepcionantes para la actividad manufacturera de las áreas de Dallas y Richmond. Así, el Ibex transitó por terreno de ganancias y pérdidas, pero sin grandes estridencias. Al cierre, finalizó con 8.529,60 puntos, tras ceder un 0,15%. Las variaciones en Fráncfort (+0,18%) y París (+0,03%) -Londres permaneció cerrado- tampoco fueron significativas. En el Ibex, el mejor, ArcelorMittal, se revalorizó un modesto 0,82%. En el lado de los perdedores, sobresalieron BME, Endesa y OHL, que cedieron más de un 1%. Los pesos pesados, a excepción de Repsol (+0,38%), registraron leves cesiones. Fuera del Ibex, Zeltia saltó un 23,88% después de anunciarse un acuerdo para potenciar el medicamento Yondelis. En París, los bancos se colocaban entre los peores de la sesión: Société Générale bajó un 2,09%, Crédit Agricole, un 1,90%, y BNP Paribas, un 1,14%. Las acciones de Accor (+3,86%) despuntaron entre las ganadoras.