El «nuevo tiempo» impulsado por la decisión de ETA marca el discurso de López en su recepción de Navidad
Ion SALGADO | GASTEIZ
El lehendakari, Patxi López, defendió ayer una política penitenciaria más flexible que permita el retorno «progresivo» a Euskal Herria de todos aquellos presos políticos que se «separen de la violencia».
El jefe del Ejecutivo autonómico defendió esta postura en la recepción de Navidad ofrecida en Lehendakaritza, donde se dieron cita diferentes representantes institucionales y políticos de PNV, PSE, PP, Aralar y UPyD. Asimismo, la ceremonia contó con la presencia de Xabier Iturbe (Kutxa), Carlos Zapatero (Caja Vital Kutxa) y Nuria López de Guereñu (Confebask), entre otros agentes económicos.
Durante su intervención, López comentó que la violencia que ha padecido Euskal Herria durante las últimas cinco décadas «ha terminado», en alusión exclusiva a la lucha armada de ETA. «Por fin hemos acabado con este mal sueño», manifestó.
Comentó también que el cese definitivo decretado por ETA ha abierto un «nuevo tiempo en el que superar viejos odios y rencillas; en el que eliminar el rechazo, la intolerancia y la exclusión del ideario particular y colectivo».
Para avanzar en este «nuevo tiempo», que a su parecer se ha «ganado» con la determinación de los «demócratas» -término utilizado habitualmente para excluir del mismo a la izquierda abertzale-, el dirigente del PSE solicitó «firmeza y generosidad» a la sociedad vasca.
En el mismo sentido, López aprovechó su discurso navideño para realizar una interpelación pública a la izquierda abertzale, a la que instó a reconocer su «responsabilidad en la violencia que ha sufrido Euskadi»..
Responsabilidades del pasado
«Nos hace falta unidad para construir juntos una sociedad ética y democráticamente decente, en la que cada uno asuma las responsabilidades de su pasado y se implique en la construcción nuestro futuro», manifestó.
En cuanto a las víctimas del conflicto, el lehendakari rindió un homenaje «especial» a todas las «vidas arrebatadas en este largo camino» y afirmó que las mismas forman un «referente ético en la construcción de la sociedad vasca».
No obstante, como viene siendo habitual, el lehendakari realizó un guiño a las víctimas de ETA y olvidó a todas las personas que han padecido la violencia ejercida por los dos estados implicados en el conflicto político que padece Euskal Herria. «No vamos a permitir que se confundan a víctimas y asesinos -subrayó-, que se diluya la responsabilidad que ETA, y quienes le han dado cobertura y apoyo, han tenido en el intento de romper la convivencia democrática»
López también dedicó parte de su discurso a valorar la situación económica que padecen Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. En tono optimista, dijo que 2012 «tiene que ser el año del empleo», pero al mismo tiempo anunció que, durante los próximos meses, su gabinete realizará «un esfuerzo especial» de austeridad y de ajuste en todos los departamentos.
Este esfuerzo, del que no concretó cómo se materializará, tiene por objeto «dedicar todos los recursos que podamos obtener la reactivación de la economía y a la creación de empleo». Asimismo, el lehendakari apostó por una reforma fiscal «más justa, progresiva y eficiente». «En Euskadi todos tenemos que pagar, y más los que más tienen», concluyó.