El jefe adjunto de la administración presidencial encargado de la política interior desde 1999, Vladislav Surkov, fue nombrado ayer viceprimer ministro encargado de la modernización.

«Es el fin de una época. Surkov era el autor del teatro político que existió en Rusia en los últimos años, declaró a France Press la socióloga Olga Krychtanovskaia, especialista en las élites rusas y miembro del partido en el poder, Rusia Unida.

Surkov es el autor del concepto de «democracia dirigida», que le otorgaba el poder de hacer y de deshacer partidos políticos y de tener bajo control el sistema político, incluidos los nombramientos y elecciones de gobernadores de las regiones y presidentes de las repúblicas y el control sobre el Parlamento.

Fue quien declaró que el ex presidente soviético Mijail Gorbachov no podría registrar nunca su partido y que había descartado al multimillonario Mijail Prokorov de un partido de derechas la víspera de las elecciones legislativas. «Al dejar el Kremlin, Surkov deja de dirigir los procesos políticos», opina el politólogo pro Kremlin Sergei Markov. Putin, primer ministro y verdadero hombre fuerte del país, así como el presidente Dmitri Mevededev, «le indicaban un marco pero su margen de maniobra era amplio», subraya Krychtanovskaia. Poco después del retroceso de Rusia Unida en las legislativas, que la oposición denuncio como fraudulentas, Surkov sorprendió con declaraciones que chocan con las de sus jefes. Si Putin comparó a los opositores con una tribu de monos, su ideólogo estimó que «los mejores representantes» de la sociedad salen de la calle. «¿Quién quiere mantener la corrupción, la injusticia de un sistema sordo donde progrese la idiotez? Nadie. Ni siquiera los que forman parte de él». declaró.

Fuentes del Gobierno ruso afirmaron al diario«Kommersant» que Surkov había sido excluido de la política interior tras una serie de fracasos.

Según Krychtanovskaia, esta decisión está lejos de ser un gesto hacia la oposición que reclama en la calle al anulación de los resultados de las legislativas y la salida de Putin, ya que Viatcheslav Volodin, que reemplazará a Surkov, «es aún más duro y conservador». A su juicio, tanto Volodin como Sergei Ivanov, otro ex KGB fiel de Putin nombrado a la cabeza de la administración presidencial «tomarán decisiones más rígidas», añadió.

Más bien, Putin busca con estos movimientos asegurarse ya el control sobre la administración del Kremlin tres meses antes de las elecciones presidenciales.

Putin rechaza una revisión

Precisamente, ayer Putin rechazó las peticiones de la oposición para anular los resultados de las legislativas. «Las elecciones de la Duma han terminado. No puede haber discusiones sobre una revisión» de los resultados, afirmó.

Ante partidarios del Frente Popular, que reúne a partidos, sindicatos y asociaciones ligadas al poder, dijo que «como candidato, no tengo ninguna necesidad de trampas. Quiero que la elección sea lo más trasparente posible. Y que sea clara para todo el mundo. Quiero apoyarme sobre la voluntad popular, sobre su confianza», añadió.

«Debemos poner fin a todas estas insinuaciones» concluyó su reacción ante la demanda que el sábado reunió a entre 70.000 y 100.000 personas en Moscú para reclamar la convocatoria de nuevas elecciones sin fraudes .