La Justicia egipcia ordenó ayer al Ejército que deje de realizar «test de virginidad» forzados a las mujeres detenidas, una práctica que ha deteriorado aún más la imagen de la junta militar en el poder.

El Tribunal Administrativo de El Cairo ha dictado esta resolución en favor de una mujer, Samira Ibrahim, que denunció haber sido sometida a esta prueba tras ser detenida en una manifestación en marzo.

La decisión, la primera en un caso de género en Egipto, fue acogida con gritos de alegría y aplausos por decenas de personas que asistieron al juicio.

«Es una buena noticia. Ahora esperamos una decisión del tribunal sobre las indemnizaciones», declaró Hossam Baghat, responsable de la Iniciativa egipcia por los derechos de la personas.