Los mortíferos enfrentamientos entre islamistas y fuerzas de seguridad de la semana pasada desplazaron a unas 90.000 personas en la ciudad de Damaturu, al noreste de Nigeria, según indicó ayer una autoridad del país africano. «Tenemos hasta el momento unos 90.000 desplazados por la violencia en Damaturu. De ellas, 40.000 proceden del área de Pompomari, que está totalmente desierta. Algunos de los desplazados han perdido sus casas, otros han huido por motivos de seguridad», informó Ibrahum Farinloye, coordinador de la Agencia Nacional de Emergencias para el noreste del país. «Desaconsejamos dirigirse a campos temporales (de refugiados), por lo cual muchos de ellos están durmiendo en casas de amigos o parientes», añadió.

Damaturu, al igual que Potiskum -ambas en Estado de Yobe- y Maiduguri -capital del vecino Estado de Borno-, fueron la semana pasada escenario de intensos enfrentamientos entre el grupo islamista Boko Haram y fuerzas de seguridad. Según indicaron organismos de derechos humanos, los combates dejaron un centenar de fallecidos.

El día de Navidad, una ola de atentados, en su mayoría contra iglesias y atribuidos a Boko Haram -que proclama la aplicación de la sharia-, provocaron al menos 40 muertos. El atentado más grave dejó parcialmente destruida la iglesia de Santa Teresa de Madalla, ciudad del Estado de Níger cercana a la capital Abuja. La iglesia fue sacudida por dos explosiones simultáneas que hicieron volar su tejado y los de varias viviendas cercanas.

Poco después se registró un ataque contra una iglesia evangélica de Jos, escenario habitual de enfrentamientos religiosos, mientras que en Damaturu, un kamikaze empotró su vehículo contra un convoy de los servicios secretos de la Policía. A estos atentados, le siguió ayer el ataque con explosivos contra una escuela coránica en en la localidad de Sapele, al sur de Nigeria, de mayoría cristiana, en el que, además de un adulto, seis niños de entre 5 y 8 años resultaron heridos.

Tras las explosiones, líderes musulmanes y católicos llamaron a la calma a sus fieles e instaron al Gobierno a tomar medidas urgentes para atajar la crisis de seguridad que vive el país. Nigeria es el país más poblado de África con 160 millones de habitantes, de los que la mitad son musulmanes y la otra mitad cristianos.