En dos días, las autoridades israelíes anunciaron la construcción de 130 nuevas viviendas en un barrio ocupado al sur de Jerusalén, mientras que al este de la ciudad, las autoridades cerraron la mezquita Al Ain, la más antigua del barrio de Silwan, una guardería y múltiples tiendas ubicadas en la calle de Wadi Helwa, la principal arteria del distrito. El director del Comité para la Defensa de Silwan, Fajri Abu Diab, advirtió de que detrás de estos cierres se esconde un plan para desplazar a los palestinos y judaizar el barrio, el más cercano a la mezquita Al Aqsa.

Por otra parte, el Tribunal Supremo israelí avaló la explotación de una decena de canteras por empresas de propiedad israelíes en Cisjordania .

La organización no gubernamental israelí Yesh din, que presentó la demanda ante el Supremo, recibió con «sorpresa este dictamen». El abogado de la ONG en este caso, Mijael Sfard, acusó al tribunal de «tratar de quedar a caballo entre dos enfoques: la evidente preocupación por estar cometiendo pillaje y vulnerando la prohibición de explotar los recursos naturales de un territorio ocupado y la dificultad de romper la delictiva dependencia de Israel de los territorios ocupados».