Los cuatro presos políticos navarros excarcelados la semana pasada se reiteraron ayer en sus denuncias de torturas, que invalidarían los cargos que todavía pesan contra ellos. Maider Caminos, Alberto López, Luis Goñi y Aritz Azkona afirmaron que «nos torturaron salvajemente durante cinco días, para que nos autoinculpáramos en actividades políticas o inculpáramos a otros compañeros y compañeros». Los cuatro jóvenes fueron juzgados el pasado mes de noviembre por presunta pertenencia a Ekin o Segi y han salido a la calle después de más de tres años de prisión preventiva. La sentencia aún no se ha notificado y todos afirmaron que no admiten otra cosa que no sea la absolución.

Los cuatro excarcelados comparecieron arropados por familiares, activistas de Eleak y otros imputados en el mismo sumario, como Maitane Intxaurraga y Noe López. Aprovecharon esta rueda de prensa para exigir la liberación de las dos únicos imputados (de un total de nueve) que siguen convictos a cientos de kilómetros de sus casas: Mikel Jiménez y Xabier Sagardoy. «Ya va siendo hora deque los estados español y francés abandonen su estrategia violenta y represiva, que aterricen en el nuevo tiempo político y se atrevan a confrontar democráticamente con el independentismo. Sin ilegalizaciones, sin detenciones, sin juicios políticos, sin condenas y sin cárcel», demandaron los excarcelados.

En el juicio, se solicitaron para estos jóvenes sentencias de entre ocho y diez años de cárcel por su presunta pertenencia a formaciones ilegalizadas. El hecho de que estén libres desde hace unos días no tiene por qué suponer que la sentencia vaya a resultar absolutoria, sino que pudiera deberse a que ya han cumplido en prisión preventiva más de la mitad de la condena que se les imponga.

No obstante -como advirtió el propio fiscal- si los jueces finalmente no dan por buenos sus testimonios, buena parte de las últimas operaciones policiales contra el independentismo en Iruñea se verían en un serio atolladero. Las confesiones e inculpaciones de los nueve jóvenes sirvieron de base para nuevas redadas y las denuncias de torturas han puesto en entredicho su validez.

De los testimonios de torturas destaca el de Alberto López, que tuvo que ser hospitalizado después de que la Guardia Civil provocara un accidente para detenerlo. Sin embargo, a pesar de que las lesiones del accidente le hicieron vomitar sangre, los guardias continuaron golpeándole, insultándole y haciéndole «la bañera» durante los cinco días. En su primera declaración ante el juez, una vez superada la incomunicación, López negó todo lo declarado en dependencias policiales.

Respaldo de Eleak

«Si algo quedó claro en el juicio es que todas las acusaciones se construyeron en base a los testimonios de los propios detenidos, arrancados bajo torturas, malos tratos y amenazas durante el período de incomunicación», afirmaron los portavoces de Eleak Expe Iriarte y Asier Biurrun. Por tanto, la plataforma por los derechos civiles y políticos suscribe también que la única sentencia que cabe esperar de este procedimiento es la de la absolución. Eleak avanzó que, si los nueve jóvenes no son exonerados, habrá un llamamiento a la movilización ciudadana.

Iriarte explicó que el juicio en la Audiencia Nacional fue de naturaleza política. «Se persiguieron actividades políticas, donde las supuestas evidencias son material político y donde las personas son imputadas por militar en organizaciones políticas de la izquierda abertzale», reivindicó esta portavoz.

«La persecución y criminalización de las opciones políticas es una imagen que debería pertenecer al pasado», continuó Eleak. A su juicio, el castigo que han recibido los jóvenes está completamente injustificado y, además, ha resultado particularmente duro, ya que han sido dispersados a cientos de kilómetros de sus casas durante más de tres años y medio. La plataforma, además, denunció que este castigo lo han sufrido también los familiares de estos jóvenes. Eleak defendió que la voluntad de la sociedad vasca es «un escenario de paz en el que se respeten todos los derechos de todas las personas».