Año Nuevo en Viena con valses, polcas y marchas de los Strauss y el director letón Mariss Jansons
El director de orquesta Mariss Jansons volverá a dirigir -ya lo hizo en 2006- el concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, el concierto de música clásica más mediático del mundo.GARA | VIENA
El tradicional Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, el concierto más mediático del mundo, que como es tradicional ofrecerá desde la sala dorada del Musikverein los vitalistas valses, marchas y polcas de la familia Strauss, tendrá como novedad el próximo 1 de enero la inclusión por primera vez en su repertorio de dos piezas del compositor ruso Piotr Chaikovski (1840-1893).
La inclusión de las dos piezas de «La bella durmiente» de Chaikovski ha sido un empeño personal del maestro letón Mariss Jansons (Riga, 1943), quien dirigirá por segunda vez el concierto de música clásica más seguido del planeta, después de conducir ya a los filarmónicos vieneses en 2006. Parte del repertorio ha sido elegido por el propio Jansons, especialmente varias piezas de los Strauss, que fueron estrenadas en San Petersburgo, la ciudad donde vive el maestro letón, lo que las convierte en algo muy especial para él, según relató ayer en rueda de prensa para presentar el programa del domingo.
La Filarmónica de Viena ha querido, en palabras de su director, Clemens Hellsberg, rendir así un tributo a «la relación musical de amor» que mantiene con Jansons, que en 2012 cumple el vigésimo aniversario de su debut al frente de la que está considerada como una de las mejores orquestas del mundo. El director letón destacó el entusiasmo y optimismo que genera la música de los Strauss al inicio de año nuevo, una época de «esperanzas renovadas».«Es una energía positiva inmensa la que recibe el mundo a través de este concierto», afirmó, algo que convierte a esa cita musical en única.
En el repertorio también habrá sitio para una pieza del músico danés Hans Christian Lumbye (1810-1874) como saludo al inicio de la presidencia danesa de la Unión Europea en enero. La señal de la televisión pública austríaca (ORF) será distribuida a 73 países de todo el mundo y se espera que unos 50 millones de personas sigan el concierto en directo.