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EUSKAL SELEKZIOA-TUNEZ

A la fiesta tricolor solo le faltó la guinda del resultado

La fiesta del fútbol vasco se quedó sin guinda. En el regreso de Euskal Herria al césped, equipo y afición lo pusieron todo para celebrar una jornada perfecta pero, por primera vez en seis años, acabaron la noche con derrota en el marcador. Responsabilidad de una selección de Túnez competitiva y, sobre todo, muy eficaz. Porque los vascos se merecieron otro final, por juego y por ocasiones, pero el acierto se alineó exclusivamente con la escuadra norteafricana.

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EUSKAL HERRIA 0

TÚNEZ 2

Amaia U. LASAGABASTER

No pudo ser. Por primera vez en seis años Euskal Herria cayó derrotada, dejando sin guinda la fiesta del fútbol vasco.

Una auténtica lástima. Sobre todo por la desilusión de una afición que, no hubo sorpresas, volvió a volcarse con el equipo -con alguna nota negativa, como las bengalas con las que inexplicablemente algunos creen animar el ambiente o, de nuevo, algunos silbidos igualmente inexplicables a Xabi Alonso-, no sólo en San Mamés, sino a lo largo de toda la jornada en las calles de Bilbo. Y también por la del propio equipo, que acumuló méritos para hacerse con el triunfo, pero que se vio castigado por su falta de puntería -no marcó pese a rematar a puerta en más de una veintena de ocasiones-. Y por la que sí tuvo Túnez, que zanjó el partido prácticamente en las dos ocasiones que tuvo tras el descanso.

Quizá habría sorprendido menos si el mazazo hubiera llegado en la primera parte. Y es que si los jugadores vascos se toman la cita en serio, no hizo falta demasiado para comprobar que tampoco Túnez consideraba el encuentro precisamente como una pachanga. La selección norteafricana ultima su preparación de cara a la Copa África y Sami Trabelsi y sus jugadores mostraron tomarse la prueba muy en serio.

Los primeros minutos fueron así para el equipo rojiblanco, concentrado desde hace una semana, y que ofreció una imagen muy alejada de la anarquía que ha caracterizado el fútbol africano. Como tampoco falta calidad en algunos de sus componentes -Trabelsi alineó a un buen número de jugadores llamados a ser titulares en la competición continental-, a los vascos, con bastante menos trabajo, por separado y sobre todo conjunto, a sus espaldas, les tocó sufrir en el arranque del encuentro.

Aunque tampoco demasiado. Ni durante un tiempo excesivo. Con el transcurrir del tiempo la selección se fue reconociendo hasta acabar adueñándose del balón, del ritmo y, en consecuencia, del partido. Con Xabi Prieto enchufadísimo, la pelota empezó a merodear el área de Mathlouthi, calentando la temperatura de una grada que correspondió con olas y cánticos varios conforme se amagaba con el gol. Al que no le faltó demasiado para llegar. Sobre todo con sendos cabezazos de Aduriz -al que muchos demostraron querer verle más a menudo actuando como local en la Catedral- y Zurutuza y, en la ocasión más clara del primer tiempo, un buen chut del ariete del Valencia ante el que se lució el guardameta tunecino.

Enchufados

Con el descanso llegó la habitual avalancha de cambios por parte de Euskal Herria -Trabelsi se lo tomó con más calma-, que sólo reservó a Xabi Alonso, Beñat, Agirretxe y Riesgo para la última media hora. Sin embargo, al contrario de lo que sucediera en el primer tiempo, la selección se enchufó de inmediato.

Con el rival totalmente anulado, las llegadas al área tunecina se sucedieron. Ahora sí ardía -pese a la lluvia incesante- San Mamés, convencido de la victoria. Susaeta, San José, Barkero, Iturraspe, Aduriz, Mikel Rico, Agirretxe... La lista de rematadores fue extensa y la de ocasiones, claras y clarísimas, también. Pero el gol se resistió.

A la tricolor. Lamentablemente, no sucedió lo mismo con su rival. Dos veces apareció Túnez en toda la segunda parte y las dos, para desencanto de la parroquia, golpeó con acierto. Sobrepasada la hora, M'Sakni remachaba un balón repelido por el palo. A ocho del final, cuando por juego y ocasiones la remontada se antojaba más que factible, era Chadly el que sentenciaba el choque al culminar un contragolpe con un chutazo.

Tampoco entonces cejó en su empeño la tricolor, pero ni siquiera pudo premiarse con el gol de la honrilla. Por primera vez en 6 años, la fiesta no se vio acompañada por el resultado.

«Con tantas ocasiones no es fácil asumir la derrota»

Sensaciones agridulces las que se percibían en la sala de prensa de San Mamés a la conclusión del encuentro. Técnicos y jugadores vascos acabaron satisfechos con trabajo e imagen, pero no, evidentemente, con el resultado.

«Queremos enfrentarnos a rivales de cierto nivel y Túnez ha demostrado que está ultimando su preparación para la Copa África -recordaba Mikel Etxarri-. Y si pierdes jugando mal... Pero con tantas ocasiones no es fácil asumir la derrota. En este momento estamos tristes por eso».

Y es que el acierto fue fundamental. Pero, como recordaba Etxarri, también forma parte, e importante, del fútbol. «Hemos tenido muchas ocasiones -insistía-, pero no hemos marcado. Y al final el fútbol es dominar, sí, pero hay que marcar los goles. Pero es una lástima, porque hemos jugado bastante bien, hemos trabajado bien, creando ocasiones. Y también hay que felicitar a Túnez porque ha hecho su partido. Ha estado bien en defensa, serio, los porteros también han estado muy bien y además ha sabido aprovechar sus ocasiones cuando peor lo pasaba».

En la misma línea se expresaba José Mari Amorrortu, satisfecho pese a todo con su debut. «Nos ha costado entrar, pero a medida que ha ido avanzando, hemos hecho un partido para ganar. En nuestra mejor fase ha llegado su primer gol y, aún así, hemos podido ganar. Estamos satisfechos en cuanto al trabajo, la propuesta, las ocasiones... Pero esto es un juego en el que el acierto cuenta».

El vizcaino, por otro lado, aseguró haber disfrutado en el banquillo. «Antes de entrar al campo estaba con el gusanillo, pero luego he estado relativamente tranquilo y muy a gusto. La pena ha sido no haber podido ofrecer la victoria a nuestra gente», se lamentaba.

Una gente que espera poder disfrutar algún día con algo más que amistosos, A este respecto, Amorrortu asumió que la oficialidad de la selección «no parece estar muy cercana, es la sensación que tenemos todos», pero aseguró que «la única forma que tenemos de avanzar en esa dirección es jugando partidos y poniendo todo de nuestra parte para que la selección dé una buena imagen y se vea el nivel competitivo que tiene». A.U.L.

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