José Luis Mendilibar no tendrá que romperse la cabeza para confeccionar la lista con la que afrontará el peliagudo reto de medirse en los octavos coperos al Barcelona en el Camp Nou. La larga lista de bajas -siete- le dejan poco margen de maniobra al técnico rojillo que, caso de convocar a Satrustegi y Torres, sólo deberá descartar a un jugador de la primera plantilla.

Y es que coincidiendo con la vuelta al trabajo tras el inicio de año el técnico zaldibitarra se encontró con el desagradable contratiempo de que Roversio tuvo que retirarse por unas molestias en el gemelo interno de la pierna derecha. Aunque habrá que esperar a ver qué ocurre en la sesión de hoy, los precedentes en las lesiones musculares del central brasileño invitan a pensar que está descartado su concurso para el feudo culé.

Además, el parón competitivo navideño no ha ayudado demasiado a la recuperación de otros hombres que acabaron tocados antes de estas fiestas. Raúl García sigue con su elongación en el bíceps femoral derecho después de jugar ante el Almería, Kike Sola se entrenó en el gimnasio debido a la tendinopatía rotuliana derecha y Marc Bertrán, aunque entrenó con el grupo, no se quiere forzar su vuelta por peligro a una recaída.

El extenso cuadro médico lo completan Rubén -se entrenó con el readaptador físico en su proceso de recuperación de la rotura de grado II de su bíceps femoral derecho-, el cada vez mejor Ion Echaide, que volvió a realizar entrenamiento parcial con el grupo, y Masoud.

Desde luego no parece el mejor panorama en lo que a efectivos se refiere para un choque muy exigente y, sobre todo, porque el preparador rojillo debe mirar por el derbi que se disputará el sábado, con todo lo que ello conlleva de dosificar esfuerzos ante un encuentro, el de Anoeta, que sí parece ser el realmente importante.

Riesgo, actor principal

Todos deberán estar a un nivel de sobresaliente para salir vivos del Camp Nou, pero si hay un puesto que tiene que rendir a gran altura, ese debe ser el responsable de resguardar los tres palos. En esta ocasión, el honor -o aprieto- le corresponderá a Asier Riesgo, con el precedente de lo que ya le ocurriese en Liga a su compañero Andrés Fernández, quien tuvo que entrar nada menos que en ocho ocasiones a sacar el balón de sus redes.

«Está muy olvidado lo que pasó, ellos estuvieron muy acertados en aquel momento y Osasuna ha crecido desde entonces, ha madurado y somos otros -explicó el guardameta debarra-. También se aprende de episodios como ese y hemos sacado cosas positivas desde entonces». Aunque las posibilidades de pasar «son pocas», Riesgo apeló a que «habrá que pelearlas» porque en el fútbol «siempre se han dado sorpresas».