Irán desoye las presiones y prueba con éxito nuevos misiles en Ormuz
Irán probó ayer con éxito tres misiles crucero, dos de ellos de largo alcance, durante la última jornada de sus maniobras navales en el estrecho de Ormuz, paso estratégico para el tráfico petrolero, pruebas que el Estado francés consideró «una muy mala señal dirigida a la comunidad internacional». Teherán aseguró no haber ordenado aún el cierre del estrecho de Ormuz, pero insistió en que lo hará si se aplican sanciones contra sus exportaciones petroleras.
GARA |
Irán probó ayer con éxito dos misiles tierra-mar, de largo y corto alcance, y un misil tierra-tierra en la región del estratégico estrecho de Ormuz, en un momento en el que los países occidentales se disponen a reforzar las sanciones contra la República Islámica por su programa nuclear.
«El misil tierra-mar de largo alcance Qader (Capaz) fue ensayado con éxito por primera vez», informó la agencia oficial IRNA. El misil, de un alcance de 200 kilómetros, ha sido construido por expertos iraníes, está diseñado para los objetivos de zonas costeras y es capaz de destruir un buque de guerra, declaró el almirante Mahmud Mussavi, portavoz de las maniobras navales organizadas por la Marina iraní en el estrecho de Ormuz, por donde circula alrededor de 35% del tráfico petrolero marítimo mundial.
«Qader es un sistema de misil ultra-moderno con un radar integrado, ultra preciso, cuyo alcance y su sistema inteligente para evitar ser detectado fueron mejorados con respecto a las generaciones precedentes», agregó.
Poco después, anunció «el ensayo con éxito» de un misil de corto alcance Nasr.
También ayer, la Marina iraní probó con éxito el misil tierra-tierra Nur (Luz), cuyo alcance es también de 200 kilómetros y que Mussavi definió como «misil ultra moderno muy mejorado en relación a los sistemas antirradar y seguimiento de obje- tivos respecto a su antecesor». El misil Nur es un derivado del C-802 chino, de 120 a 180 kilómetros de alcance.
Para el Estado francés, las pruebas de misiles iraníes, prohibidas por la ONU, son una «muy mala señal dirigida a la comunidad internacional».
El domingo, Mussavi afirmó que en el último día de las maniobras, «los navíos de guerra de la Marina adoptarán un nuevo dispositivo táctico demostrando la capacidad de Irán para impedir todo tráfico marítimo en el estrecho de Ormuz si así lo decidiera».
En los últimos días, Irán ha amenazado con cerrar el estrecho de Ormuz en caso de sanciones contra sus exportaciones petroleras, con las que han amenazado EEUU y algunos países europeos. Segundo país miembro de la OPEP, Irán obtiene el 80% de sus ingresos en divisas de sus exportaciones de petróleo. La V Flota de EEUU, cuya base está en Bahrein, ha advertido de que no permitirá que Teherán cumpla su amenaza. En los últimos días, Washington ha criticado el «comportamiento irracional de Irán» y afirmó que «ninguna perturbación del tráfico marítimo en el estrecho de Ormuz sería tolerada».
El Ejército iraní aseguró ayer que todavía no se ha ordenado el cierre del estrecho de Ormuz, pero advirtió de que Teherán está «preparado para varios escenarios» posibles, según el jefe de la Marina, Habibolah Sayyari.
El domingo, la República Islámica anunció haber dado un paso más en su programa nuclear con la fabricación de barras de combustible para reactores nucleares.
El presidente de la Cámara de Comercio de Irán, Mohammad Nahavandian, consideró injustificables las nuevas sanciones impuestas por EEUU contra el sector financiero del país persa, al tiempo que advirtió de que podrían tener consecuencias.
El último día de 2011, el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó una ley mediante la cual autoriza la imposición de sanciones contra las entidades financieras estadounidenses que negocien con las iraníes, incluido el Banco Central. Su meta es reducir los beneficios que Irán recibe por las exportaciones, sobre todo petroleras, si bien, el objetivo final es reducir su capacidad económica para obligarle a cancelar su programa nuclear.
Nahavandian indicó que, pese a que «las sanciones han aumentado el coste de las transacciones comerciales y económicas», no han perjudicado a la economía iraní, por lo que «tampoco van a cambiar el comportamiento político del país», y confió en que para remediar la situación, «la nación iraní y aquellos envueltos en sus actividades comerciales y económicas encontrarán otras alternativas» de negocio.
También Bruselas ha impuesto cuatro rondas de sanciones contra Irán por su programa nuclear. De forma unilateral, algunos de sus miembros han adoptado también medidas para desalentar la inversión en el sector petrolero iraní.
A este respecto, Nahavandian indicó que la Unión Europea no debería perder la ocasión de invertir en países emergentes como Irán, en el contexto de la crisis del euro. «Las empresas europeas están buscando nuevos mercados y las disputas políticas no deberían afectar a las relaciones comerciales», afirmó. GARA