Hasta 50.000 civiles han huído en los últimos días de la localidad sursudanesa de Pibor y sus alrededores a causa de los últimos enfrentamientos entre las tribus Lou Nuer y Murle, según informó la coordinadora humanitaria de Naciones Unidas para Sur de Sudán, Lise Grande.

Ayer, unos 6.000 combatientes de los Lou Nuer atacaron Pibor, en el estado fronterizo de Jonglei, donde desde hace días combaten con sus rivales de la tribu Murle. Los nuer quemaron chozas en las afueras de ola villa y saquearon los hospitales de Médicos Sin Fronteras.

El reverendo Mark Akec Cien, secretario general del Consejo de Iglesias de Sudán, habló de muchos muertos y heridos en los enfrentamientos. «La situación es mala, hay muchas bajas y los murle han huido de la ciudad» dijo, hablando de la capital de Sudán del Sur, Juba. «Algunos lou nuer están en la ciudad y otros siguen a los murle».

Este añadió que había más de 30 muertos en Lukangol, al norte de Pibor y más de 80 heridos, sin contar a los lou nuer.

En cambio, el ministro de información del sur de Sudán, Barnaba Marial Benjamin, minimizó la pérdida de vidas, declarando que era más bajo del que a priori parecía.

«Los murle dejaron su pueblo antes de la llegada de lou nuer» por lo que las bajas no son tan altas, según Benjamin, y añadió que en estos momentos las fuerzas del Gobierno y la ONU controlan «Pibor totalmente».

Según Grande, decenas de miles de civiles huyeron de la ciudad y de otras localidades próximas a causa de la violencia. «Nos preocupa su situación. Están sin agua, abrigo ni alimentos, se ocultan en el monte» declaró. Añadió que la cifra de desplazados era inexacta.

El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, dijo en la radio que «un gran número de policías y militares» fueron situados en la región «para detener lo que está sucediendo».

La ONU envió refuerzos, según indicaron sus fuentes, de alrededor de 3.000 soldados y 800 policías que se dirigían a Pibor con la intención de poner fin a los enfrentamientos, que se desencadenaron por el robo de ganado, por parte de los murle a los lou nuer, según acusaron estos últimos.

El 26 de diciembre, un grupo autodenominado Ejército Blanco de Jóvenes Nuer, se comprometieron, mediante un comunicado, a «erradicar por completo la tribu Murle» pues según ellos, solo así asegurarían a largo plazo «la ganadería nuer».

La violencia interétnica dejó 1.100 muertos y 63.000 personas abandonaron sus hogares el año pasado en Jonglei, donde presisten los ataques a los rebaños de vacas y las rivalidades interétnicas.