Cristianos de Gipuzkoa abogan por trabajar por «alcanzar una paz auténtica»
Mientras los obispos de la CAV no llevarán a cabo un acto encardinado en el nuevo tiempo abierto en Euskal Herria hasta el 25 de febrero, se suceden las iniciativas de cristianos de base, como los guipuzcoanos agrupados en Eutsi Berrituz, que reivindican una «paz auténtica».
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
No es el primer pronunciamiento de los cristianos guipuzcoanos agrupados en torno a Eutsi Berrituz, pero sí es destacable que sean los católicos de base los que lleven la delantera a la jerarquía. Con los nuevos aires que soplan en la Iglesia vasca parece que han quedado para la historia los actos conjuntos de los cuatro prelados de Hego Euskal Herria, ya que el convocado para el 25 de febrero, primer sábado de Cuaresma, lo convocan los obispos de Bilbo, Donostia y Gasteiz.
Será, así lo presentan las tres diócesis de la CAV, el primer «gesto conjunto» tras la histórica declaración de ETA del 20 de octubre y se efectuará de forma simultánea en cada una de las tres divisiones territoriales de la Iglesia católica. A falta de que se avancen más detalles, se tratará de un encuentro de oración por la paz y la reconciliación.
Nada nuevo, pues desde el seno de las comunidades diocesanas se han ido impulsando diferentes encuentros en Gernika y Arantzazu, por poner algún ejemplo. Es más, las propias reflexiones de los cristianos de base van por delante de las de sus obispos.
El último de estos documentos vio la luz hace una semana bajo el epígrafe ``Alcanzar la paz auténtica'' y lo suscribe Eutsi Berrituz, un grupo de cristianos de la Iglesia de Gipuzkoa alejado de los dogmas y el boato del obispo José Ignacio Munilla. En él, tras aclarar que «quedan todavía muchos pasos muy importantes hasta alcanzar una paz sólida y justa», se defiende que «una paz justa y auténtica exige que, por encima de todo, se respeten los derechos de las personas; solo así -subrayan- podrá desaparecer de raíz la violencia y justificarse su final definitivo».
Tomando como base las cartas pastorales de los obispos vascos, quienes suscriben esta reflexión inciden en la necesidad de considerar el origen y la causa del conflicto, destacando los conflictos armados que ha padecido el país en los últimos dos siglos. «Es innegable que ETA no surgió de la nada. Nació en tiempos de la dictadura franquista e inició su estrategia de muertes en una época en la que en distintos lugares del mundo comenzaban a darse movimientos revolucionarios armados de ideología marxista. Es innegable -resaltan- que el problema vasco, con sus características históricas y políticas, es anterior a la aparición de ETA y la declaración de cese de la lucha armada no conlleva, sin más, la solución del conflicto. Más bien, la actividad de ETA ha retrasado una solución dialogada, política y democrática de tal conflicto».
Todos los derechos
Estos cristianos guipuzcoanos no dudan de la transcendencia del respeto al derecho de las personas, al derecho a la vida, precisan que la paz también tiene que sustentarse en el «debido respeto a los derechos de los pueblos». Eutsi Berrituz apunta a que la propia doctrina social de la Iglesia y el derecho internacional justifican que «Euskal Herria tiene derecho a su existencia como tal y a tomar sus propias decisiones».
Para poner en práctica tal derecho, remarcan que es necesario lograr un nuevo acuerdo o consenso mediante el diálogo, basado en principios democráticos. «Es preciso dar la palabra al pueblo y asumir lo determinado por la mayoría, sin poner veto alguno», manifiestan, puntualizando que será así como los ciudadanos de Euskal Herria alcanzarán «una paz auténtica».
«Es preciso dar la palabra al pueblo y asumir lo determinado por la mayoría, sin poner veto alguno. Pensamos que es así como alcanzaremos una paz auténtica», defienden desde Eutsi Berrituz en su último documento.
Es fundamental asumir «la responsabilidad que nos corresponde en el proceso de reconciliación y pacificación, impulsando el diálogo entre las diversas perspectivas y actitudes».