La sustitución del término «dictadura» por el de «régimen militar» en los textos escolares ha desatado tal polémica en Chile, que el Consejo Nacional de Educación de Chile (CNDE), que el 9 de diciembre aprobó la propuesta del Gobierno derechista de Sebastián Piñera, integrado por algunos exfuncionarios de la dictadura de Pinochet, ha expresado su disposición de revisar una eventual propuesta del Ministerio de Educación para «reformular la expresión cuestionada».

Varias organizaciones sociales han mostrado su preocupación por sus efectos sobre la educación de los niños y su visión de un periodo que ha dejado profundas cicatrices en Chile. La oposición ha acusado al Ejecutivo de maquillar la realidad que vivió Chile durante 17 años, mientras que el ministro de Educación, Harald Beyer, ha indicado que la medida no es una imposición, ya que cada profesor podrá decidir qué palabra emplear en sus clases.

La polémica llegó al Parlamento, donde los diputados de la oposición señalaron que «las dictaduras son dictaduras y no tiene apellidos» y los legisladores de la derecha sostuvieron que hablar de dictadura «ha sido una forma de estigmatizar a un Gobierno que entregó democráticamente el poder».