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Al-Assad rechaza injerencias y anuncia un referendo constitucional

Bashar al-Assad volvió a negar haber ordenado disparar contra su pueblo e insistió en que lo que está sucediendo en Siria es fruto de «una conspiración exterior» que trata de «desestabilizar» el país y evitar las reformas que se están realizando. En un nuevo discurso a la nación, anunció la celebración en marzo de un referendo constitucional y adelantó que podría haber elecciones legislativas en mayo o junio.

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GARA | DAMASCO

El presidente de Siria, Bashar al-Assad, volvió a defenderse ayer de quienes le acusan de haber dado orden de disparar contra su pueblo y aseguró que si se ha abierto fuego contra alguien ha sido «en casos muy limitados» porque, recordó, «según la ley, nadie puede abrir fuego si no es en defensa propia». Volvió a denunciar la «conspiración exterior», a la que prometió responder. La oposición informó de la muerte ayer de 27 personas.

En su cuarto discurso a la nación durante los casi diez meses de protestas contra su régimen, Al-Assad anunció la celebración de un referendo sobre la nueva Constitución la primera semana de marzo, después de que el comité de expertos termine su trabajo y presente un borrador, y adelantó que después, en mayo o junio, podría haber elecciones legislativas.

Insistió en que lo que ocurre en Siria es fruto de «una conspiración exterior» contra las reformas que «hacen de Siria un país más fuerte», y dijo que no conseguirá doblegarle en su empeño de liderar el país hacia la estabilidad y la victoria total. Reiteró que no renunciará, tal y como le piden las potencias occidentales y sus aliados árabes. «Gobierno por voluntad del pueblo y cuando abandone el cargo, será por la voluntad del pueblo», sostuvo.

Volvió a denunciar las injerencias extranjeras que buscan «desestabilizar» Siria y acusó a las potencias occidentales de utilizar a los países árabes para interferir en los asuntos internos del país. Así, denunció la «hipocresía» de la Liga Árabe, a cuyos dirigentes acusó de «no saber nada sobre democracia» y de ser «un espejo de los fracasos del mundo árabe». El presidente se quejó de su «amabilidad» con Israel y su «radicalismo» hacia Siria.

Al-Assad fijó como la máxima prioridad de su Gobierno el restablecimiento de la seguridad y dijo que solo podrá conseguirse «si se golpea a los terroristas con puño de hierro». «No puede haber tolerancia con el terrorismo ni con los que utilizan armas para matar -manifestó-. No va a haber flexibilidad con quienes aterroricen a los ciudadanos, la lucha contra el terrorismo es la lucha de todos».

Invitación al diálogo

Aún así, invitó al diálogo a «las distintas partes del país» sobre la forma de lograr la seguridad en territorio sirio, aunque aclaró que aun habiendo diferencias «no hay una división interna que justifique la formación de un Gobierno de unidad nacional». En ese sentido, aunque se mostró contrario a la participación de la oposición en el Gobierno, porque cree que eso le permitiría chantajear al país con sus demandas, sí defendió la posibilidad de una mayor implicación de todas las fuerzas políticas en el régimen. Por eso, se mostró dispuesto a dialogar con la oposición «mañana mismo», pero lamentó que algunas formaciones «no estén dispuestas».

Según manifestó, los activistas antigubernamentales «no son verdaderos revolucionarios; si lo fueran, estaríamos con ellos».

El Consejo Nacional de Siria, que agrupa a la mayoría de la oposición, denunció que el discurso de Al-Assad, que consideró «peligroso» por «insistir en la represión» de los manifestantes, «incita a la violencia y a la guerra civil» e «indica que se van a comportar de forma aún más criminal».

La ONU ha cifrado en más de 5.000 el número de víctimas mortales desde que comenzaron las protestas a mediados de marzo, más de 2.000 de ellas miembros de las fuerzas de seguridad, según la Agencia Venezolana de Noticias.

Los opositores Comités de Coordinación Local señalaron que ayer murieron al menos 27 personas -en Deir Ezzor (15), Homs (10), Hama (1) y Qamishly (1)- por la represión. Las autoridades informaron de la muerte de siete miembros de las fuerzas de seguridad y dos civiles en enfrentamientos con «grupos terroristas» en Hama, Homs e Idleb.

Varios observadores heridos tras ser atacados por manifestantes

La Liga Árabe denunció ayer que algunos de los observadores que ha enviado a Siria han sido atacados tanto por partidarios de Bashar al-Assad en Latakia y Deir Ezzor como por activistas antigubernamentales en otras zonas y recordó que Damasco debe garantizar su seguridad. La organización panárabe cifró en once el número de observadores heridos, de carácter leve, en Latakia, mientras que la agencia oficial de noticias kuwaití, Kuna, informó de que al menos dos militares kuwaitíes resultaron heridos al ser agredidos, aunque no precisó dónde ocurrieron los hechos.

La Liga Árabe, que se dispone a aumentar a finales de esta semana a 200 el número de observadores, condenó «los actos irresponsables de violencia contra la misión», pero reiteró su «compromiso» con el desarrollo de la misión «en un entorno seguro para su personal», al tiempo que rechazó cualquier presión o provocación por ninguna de las partes.

Siria, por su parte, expresó su compromiso con el cumplimiento del protocolo firmado el pasado mes con la Liga Árabe y su disposición de mantener plena cooperación con los observadores para que puedan llevar a cabo su misión. Asimismo, indicó que cumplirá con su responsabilidad de «proteger a los observadores e impedir que nadie obstruya su trabajo», al tiempo que subrayó la necesidad de que los observadores lleven a cabo su tarea «con objetividad y neutralidad».

Emiratos Árabes Unidos denunció que los observadores, a los que «no se permite moverse libremente», habían sido atacados por elementos «no opositores» y acusó a Damasco de no facilitarles el trabajo. GARA

llamamiento

El gran mufti de Siria, jeque Ahmad Badreddine Hassoune, máxima autoridad religiosa del Islam en el país, pidió a los opositores que «depongan las armas». «Si quieren participar en el poder, presenten sus programas sin levantar las armas, y si nos convencen los aprobaremos», señaló.

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