Romney consolida su posición por la dispersión de sus rivales ultras
El candidato del establishment republicano hizo buenos los pronósticos y venció en New Hampshire, territorio amigo, con lo que consolida las posibilidades de su candidatura en espera de las decisivas citas de Carolina del Sur y Florida. Sus opciones se ven beneficiadas además por la dispersión del voto ultraconservador, uno de cuyos máximos exponentes, Rick Santorum, sufrió un sero revés. Quien sigue despertando entusiasmo es el libertario Ron Paul.
Dabid LAZKANOITURBURU
Tras su importante pero no decisiva victoria en las primarias de New Hampshire, el candidato del establishment republicano, Mitt Romney, desembarcó ayer mismo en el sureño, conservador y religioso estado de Carolina del Sur, donde una victoria el 21 de enero -las encuestas le dan un estrecho margen sobre sus contrincantes- le aseguraría prácticamente la nominación para enfrentarse a Obama en las presidenciales de noviembre.
El exgobernador de Massachusetts no tuvo problemas para imponerse en el vecino New Hampshire (ambos estados del nordeste de EEUU) con un 39% de los votos, zanjando así las dudas que provocó su victoria pírrica en los caucus de Iowa. Tras el importante test de Carolina del Sur, Romney es consciente de que un triunfo el 31 de enero en Florida -a donde se desplaza hoy mismo para dar un mitin- sería definitivo para sus aspiraciones a la Casa Blanca.
El multimillonario mormón, que precisamente perdió hace cuatro años la carrera a la nominación republicana en New Hampshire -y en beneficio de John McCaine- compareció tras su victoria con un discurso en el que se presentó ya como rival virtual de Obama (le separa un escaso punto y medio en las encuestas), a quien acusó de anhelar el modelo europeo y frente a quien se postuló como el «salvador del alma de América, de sus ciudades y pequeños pueblos».
Por de pronto, deberá hacer frente a los ataques de sus rivales republicanos. El expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gringrich (9% de votos en New Hampshire) le espera en Carolina del Sur con una batería de spots en el que le recuerda su pasado como empresario sin escrúpulo alguno.
Compartiendo con Romney el ala menos extrema del republicanismo, el ex embajador de Obama en China Jon Huntsman logró la tecera plaza (17% de votos), y sigue en carrera.
El libertario Ron Paul celebró como una victoria su segundo lugar (23%) en New Hampshire con sus simpatizantes, una curiosa amalgama de veteranos republicanos y jóvenes pacifistas que corearon con entusiasmo sus vehementes críticas a los poderes establecidos. «Estamos pisándole los talones al gobernador Romney», proclamó Paul, de 76 años.
Proclamas a favor de la revolución y la reivindicación de los derechos civiles convivían con mesas en las que se vendían ediciones del libro de recetas de cocina casera que Paul acaba de publicar junto a su esposa, Carol.
Acompañado por la conocida melodía del filme «Rocky", protagonizado por Sylverster Stallone, Paul subió a la tarima del hotel de Manchester donde tenía la sede de campaña y se reivindicó como el único candidato que puede desafiar a los poderes establecidos. «Sí, somos peligrosos, pero somos peligrosos para el statu quo», exclamó, en referencia a las acusaciones del resto de aspirantes por su política aislacionista.
Paul coreó junto a sus seguidores proclamas como «End the Fed» (Acabemos con la Reserva Federal). «Que cada uno de gaste su dinero como quiera». GARA
El exsenador Rick Santorum puso todas sus esperanzas en Carolina del Sur después de perder pie en New Hampshire. Santorum, que hace una semana celebraba exultante un empate técnico con el exgobernador Mitt Romney, ganador en los caucus de Iowa, hizo una aparición más discreta en la noche de ayer, acompañado de su familia. Santorum felicitó a Romney por su victoria, pero enfatizó que es con su propuesta con la que los votantes tienen la oportunidad de ser «verdaderos conservadores».
No le debieron oir en New Hampshire, donde quedó empatado en el cuarto-quinto puesto con Gringrich (ambos con un escueto 10% de votos). El tercer aspirante ultraconservador en liza, Rick Perry, logró un 1% de los sufragios, con lo que técnicamente ya está fuera.
Los analistas destacan que la dispersión de voto de los adversarios ultraconservadores es una buena noticia para Romney. Hasta ahora no se ve un rival emergente en segundo puesto tras las dos primeras citas. Y aunque reconocen que Romney sigue despertando poco entusiasmo en el electorado republicano, este tampoco muestra entusiasmo por el resto de candidatos. GARA
