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El Gobierno británico solo quiere apoyar al cine que produce éxitos de taquilla

Las subvenciones las tendrían que recibir las películas susceptibles de convertirse en éxitos comerciales exportables al resto del mundo, dijo David Cameron, quien daba una estocada al cine independiente inglés.

Marie-Pierre Ferey-AFP | LONDRES

La asignación de las ayudas producto de las ganancias de la lotería debe ser «reajustada para apoyar a las películas más convencionales, que pueden convertirse en éxitos comerciales, así como a películas interesantes desde el punto de vista cultural», dijo el primer ministro. Estas declaraciones, a pocos días de la publicación del informe completo sobre las ayudas estatales al cine, previsto para el próximo lunes, llega después de un gran año para el cine británico. 2010 estuvo marcado por el impresionante éxito de «El discurso del rey», película de presupuesto modesto que ganó cuatro premios Oscar en Hollywood.

Sin embargo, «El discurso del rey» es más bien la excepción que la regla: el cine independiente británico contribuyó solo un 1,6% a los ingresos mundiales de taquilla en 2010, frente al 12,6% de las grandes producciones estadounidenses rodadas en Inglaterra o con actores y equipos británicos, como la serie de Harry Potter. Sin embargo, el maná de Harry Potter se ha secado con la octava y última entrega de la serie en 2011. Los estudios Leavesden o los de Pinewood (donde se rodaron las películas de James Bond) y el de Ealing andan a la búsqueda de los éxitos del futuro.

Leavesden, donde se rodó la serie de Harry Potter durante once años, fue adquirida en noviembre de 2010 por la Warner Bros, que se han comprometido a efectuar una inversión de 115 millones de euros. En primavera abrirá un parque temático dedicado al joven mago.

Al anunciar que los fondos públicos deben apoyar solo a las películas comerciales, David Cameron se ha decantado claramente hacia una opción de una industria cinematográfica que aporta al país 4,2 mil millones de libras al año. Pero al privilegiar a cierto tipo de cine, el gobierno podría poner en peligro la financiación de pequeñas películas independientes y, en última instancia, reduciría drásticamente la producción cinematográfica de Gran Bretaña.

«Si pudiéramos predecir qué películas van a tener éxito, no habría problemas», bromeó el director Ken Loach en la BBC. El crítico de cine Mark Kermode puso como ejemplo a la película francesa «The Artist». «¿Quién podría haber previsto que una película muda en blanco y negro se convertiría en la película más popular del año?».

Una industria viva

Para Ken Loach, «solo mediante la financiación de una serie de proyectos diferentes y variados, algunos de los cuales pueden llegar a convertirse en éxito de taquilla y otros simplemente serán trabajos originales y creativos, podremos tener una industria viva».

El Gobierno dio un fuerte revés a la industria al anunciar en julio de 2010 la eliminación del British Film Council, que financió películas como «Quiero ser Beckham» y, recientemente, «We need to talk about Kevin», «Tyrannosaur2 y... «El discurso del rey». «El mercado no produce la variedad por sí mismo, sino que hay que ayudarle», dijo Ken Loach, poniendo de relieve la pobreza de la distribución en Gran Bretaña, dominada por las multisalas y las películas norteamericanas.

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