Raimundo Fitero
Confidencial
En «El intermedio» nos han descubierto a una de esas musas mediáticas que se gana su lugar en la gloria televisiva a base de esforzarse en remarcar su postura reaccionaria ante la vida. Su nombre es Verónica, y gestiona una web que se llamaba nada menos que Navarra Confidencial. Es Dani Mateo quien acostumbra a mostrarnos algunos de los vídeos grabados por esa mujer joven, con un extraño bronceado, que intenta, con una retórica muy del opus, convencernos de lo malo del aborto, de lo malo de las izquierdas y del mundo ideal en el que viviríamos si fuésemos todos tan de derechas como ella.
Porque ella es de derechas, no lo oculta, al revés, pero muy moderna, ya que ha decidido hacer su evangelización en las redes sociales y en la web y sus juegos metafóricos nos dejan encandilados. Nos confiesa que antes de ser ella, es decir, antes de nacer, y gracias a que su mamá no se dejó tentar por el diablo que por lo menos era socialista, para que abortara, fue planta, pájaro, bebé, niña y ahora es ella, Verónica, la chica de derechas que se merece tener una proyección mayor en alguna televisión de las que ahora se van a privatizar. Y sabemos que es de derechas, porque ella se encarga con su simplismo demagógico de indicarnos las diferencias entre unos y otros, y, por deducción a lo barrio sésamo, entendemos dónde está el bien y el mal. Y el bien está en la derecha, como dios manda.
Por cierto, en las listas de los candidatos a presidente de los Estados Unidos de América por el Partido Republicano se da una extraña coincidencia que debe entenderse como una norma, como la expresión concreta de un estado de entender la vida y el ejercicio de la política en relación con las creencias religiosas de una parte de la población yanqui: todos son ultras conservadores y religiosos. Todos tienen familia numerosa y todos son millonarios. Mormones, católicos, judíos, protestantes, es decir, los que llaman fundamentalistas a los que practican el islamismo y lo consideran un atraso y un peligro para el modelo de vida occidental. Esperemos que Verónica nos explique con detenimiento las diferencias y nos enseñe quién es el único dios verdadero.