Los mercados volvieron a verse zarandeados por las difíciles negociaciones de Grecia con sus acreedores para conseguir una quita bajo condiciones consensuadas y por las nuevas rebajas de calificación crediticia para empresas europeas. En este último caso, S&P degradó la nota de las aseguradoras por su exposición a la deuda soberana. Tras el cierre de los mercados europeos, la agencia de ráting Egan Jones llevaba más allá las cosas al desbancar a Alemania de su posición de máxima fiabilidad, algo que ya había hecho meses antes con el Estado francés. Sin embargo, pese a esta avalancha de malas proyecciones sobre la solvencia europea y la entrada en recesión de la eurozona, también hubo espacios para el optimismo. Así, en Alemania y Portugal se celebraron con éxito sendas subastas de deuda, mientras que el FMI busca más de medio billón de dólares para reforzar su papel de prestamista. Pero el temor creciente a un impago de Grecia tumbó la mayoría de las cotizaciones. El Ibex se dejó un 1,34%, hasta los 8.420,70 puntos. Los cierres en Fráncfort (+0,34%) y Londres (+0,15%) fueron menos pesimistas. Sólo París (-0,15%) siguió el camino bajista. En el Ibex, los pesos pesados cayeron en bloque, con Iberdrola (-2,66%) y Telefónica (-2,46%) a la cabeza. Las mayores pérdidas fueron para ACS y Mapfre al bajar más de un 3%. Entre las ganancias, sobresalió Grifols (+2,28%). En París, se significaron las subidas de Société Générale (+5,34%) y Crédit Agricole (+3,24%), pero el mejor fue ST Microelectronics (+5,43%). Veolia Environnement (-5,51%) fue seriamente castigada.