Tocar el barril o el tambor, dirigir a toda una compañía, ser la Bella Easo o vestirse de gastador es una manera más de comprometerse con una fiesta sin la que un donostiarra, probablemente, no concebiría la ciudad. Hay quien lleva toda una vida saliendo con la misma compañía. Hay quien, tras desearlo durante años, al fin se anima y da el salto. Y hay quien, tras un parón de varias ediciones, -principalmente universitarios-, retoma la tradición tras finalizar los estudios.

Puede ser que salir en la tamborrada enganche, o puede ser que resulta tentadora, pero el caso es que cada año la fiesta gana seguidores y seguidoras. Según los datos aportados recientemente por el alcalde donostiarra, Juan Karlos Izagirre, y la delegada de Kultura en el Ayuntamiento, Nerea Txapartegi, «la fiesta se extiende por todos los barrios y los donostiarras la viven como propia», destacando que en esta edición saldrán en total 118 tamborradas de adultos, esto es, seis más que el año pasado.

Se trata de las compañías Club Deportivo Internacional -que recorrerá las calles de Intxaurrondo- y Eskola Tamborrada, que recorrerá el Centro. La Fundación Ametzagaña pasará por los barrios de Loiola, Txomin Enea y Martutene, mientras que Aitzaki y Kale Lagunak tocarán en las calles de Alde Zaharra. Denon Artean Denetik, después de tocar por las calles del Centro a partir de las 9.00 y hasta las 12.00, se desplazará hasta el Hospital Donostia y el Oncológico, donde tocarán unas piezas. Además, Boskozaleak, que traza su recorrido por los barrios de Altza e Intxaurrondo, retomará su participación después del parón del pasado año.

Poner en marcha una nueva compañía no es una tarea sencilla y requiere de un gran trabajo en equipo. El primer requisito es que la tamborrada a crear debe estar patrocinada por una sociedad benéfica, cultural, deportiva, gastronómica o recreativa, legalmente constituida. A partir de ahí, el principal objetivo de todos y todas será «velar por la tradición y el prestigio en la celebración de las Tamborradas», según indica la normativa municipal.

A pesar del gran esfuerzo que se prolonga durante todo el año, es un proyecto que los «novatos» emprenden con mucha ilusión y que ven recompensado el día 20 de enero. Hay que localizar a personas que quieran participar entre los socios del club o la asociación, familiares y el círculo de amistades hasta completar un número mínimo de gastadores -opcional-, tambores (veinte), barriles (cuarenta), y la banda (catorce). Precisamente, contratar los servicios de una txaranga puede resultar una tarea aparentemente sencilla, pero teniendo en cuenta que son 118 compañías, el primer intento no siempre da resultado.

En el caso de Kale Lagunak, el éxito inicial ha sido arrollador porque en su edición de estreno cuenta con 206 participantes, la gran mayoría jóvenes vecinos y vecinas de Alde Zaharra. «La verdad es que nos quedamos muy sorprendidos y en un momento pensamos que se nos iba de las manos, pero estamos muy orgullosos por ver que la gente se ha animado a tocar con Kale Lagunak», cuenta Mikel Mendizabal.

Los participantes no son todos miembros del club de hockey homónimo, pero la iniciativa sirve para dar un espaldarazo al equipo, fundado hace diez años. Entre los lugares dotados de un significado especial que visitarán se encuentra la vivienda -actualmente sede del Orfeón donostiarra- de Elbira Zipitria, una de las fundadoras de las ikastolas y gran defensora del euskara. También es reconocida por su lucha contra la discriminación de las mujeres. Asimismo, destaca la parada frente a la casa del que fuera Aitor Kale, tal y como llamaban al joven ya fallecido, amante del hockey y amigo de muchos miembros de la compañía. Fue en su honor que fundaron el club.

A estas seis nuevas compañías los veteranos que han salido en la tamborrada durante unas cuantas décadas les aconsejan que disfruten del día, manteniendo cierto orden, pero que intenten dejar de lado los nervios lógicos por que todo salga perfecto. También consideran importante lograr que los convecinos disfruten escuchando los tambores y barriles.

Pasos hacia la igualdad

El total de participantes no es el único número que aumenta año tras año, porque en esta edición se ha dado otro pequeño paso hacia una participación más equitativa entre sexos. Según explican a GARA desde Donostia Kultura, el porcentaje de tamborradas cuya composición es mixta alcanza este año el 89%, es decir, un punto más que el año pasado. Además, en cuatro de las zonas en que se dividen las tamborradas, Amara, Antiguo, Altza-Intxaurrondo y Loiola-Egia-Martutene, el total de las tamborradas, el 100%, es de composición mixta, mientras que en el barrio de Gros este porcentaje asciende al 84.21%, al 80% en el caso de Alde Zaharra y al 72,72% en el Centro.

«Las mujeres adquieren este año más protagonismo, no sólo en la calle, sino también en los escenarios, con la `makila', dirigiendo y ejerciendo el poder», dijo Txapartegi, en alusión a que, por primera vez, la tamborrada de Gaztelubide, que esta noche protagonizará la izada sobre el tablado de la Plaza de la Constitución contará con una Aguadora Mayor, Ainhoa Olasagasti, que dirigirá a la casi treintena de aguadoras de la mítica sociedad.

Tras varias conversaciones, el Consistorio también alcanzó un acuerdo con otra de las sociedades históricas, la Unión Artesana, para que una Aguadora Mayor, que en este caso estará representada por Olatz Eceiza, dirija a los barriles mañana en el Salón de Plenos de la casa consistorial en el acto de entrega del Tambor de Oro a la Behobia-San Sebastián -organizada por el Club Fortuna-.

A pesar de estos pequeños gestos, Txapartegi reclamó «valentía» a todas las asociaciones y sociedades para garantizar una presencia equitativa de ambos sexos. De todas maneras, y con los datos de los últimos años en la mano, las proporciones hablan de un avance significativo puesto que en la edición de este año un tercio de las personas que se involucrarán activamente con la fiesta son mujeres. Después de que en 1981 la sociedad de Alde Zaharra Kresala vistiera por primera vez de aguadora a 25 mujeres, hoy ellas son casi 5.000.

Las Tamborrada Infantil, que mañana partirá a las 12.00 desde Alderdi Eder, también ha sufrido pequeños cambios, ya que las ocho niñas que acompañarán a la Bella Easo y sus damas, y que hasta el año pasado llevaban trajes similares a los de princesa, vestirán trajes que representan los oficios tradicionales de las mujeres de hace dos siglos, cuando tuvo lugar el incendio de la ciudad. Además, por primera vez la ayudante del General será una chica. De ello se encargará la joven Rosa Salegi.

Resulta inevitable destacar que esta será la primera vez que el alcalde Juan Karlos Izagirre ice y arríe la bandera y vea la fiesta desde la balconada. Una función que confesó cumplirá «con gran honor y mucha ilusión». Así, llamó a todas y todos los donostiarras «a disfrutar y pasarlo bien, siempre desde el respeto» en la fiesta, «la más enraizada y participativa» que tiene la ciudad.

El llamamiento del alcalde es también para quienes prefieren observar a las compañías desde la barrera y tocar con los palillos sobre la pequeña tabla que les cuelga del cuello al ritmo de los tambores y barriles, y, es que, la fiesta no se sustenta únicamente a base de quienes se inscriben tras el nombre de una asociación. ¿Que sería de las aguadoras, soldados, cantineras, cocineros y demás, sin el público que anima a pie de calle? Esas personas que se agolpan en los flancos, fotografían a los conocidos y se encargan de que no les falte de nada, son igual de fundamentales.