El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se comprometió ante las autoridades marroquíes, en su primera visita al extranjero desde que asumiera el poder, a abrir una nueva etapa en las relaciones con Marruecos, convencido de que su seguridad, estabilidad y prosperidad son también buenas para el Estado español. Rajoy fue recibido en Rabat por su homólogo marroquí, el primer ministro Abdelilah Benkiran, líder del partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD), en el primer encuentro diplomático de este tipo entre los dos dirigentes. También se reunió con el rey Mohamed VI.

Rajoy viajó a Marruecos con el objetivo de dar un nuevo impulso a las relaciones bilaterales, cuando ambos países atraviesan problemas socioeconómicos con el desempleo de fondo.

Sobre el encuentro con Benkiran y Mohamed VI planearon temas espinosos como la pesca, el acuerdo agrícola entre Marruecos y la Unión Europea, la seguridad y la inmigración y la cuestión de Sáhara Occidental, asuntos a tratar a nivel bilateral por los ministros del ramo antes de ser sometidos a la comisión mixta presidida por los dos jefes de Gobierno, explicó a AFP el ministro marroquí de Exteriores, Saad Edin Othmani, quien indicó que, mientras, había que dar prioridad a las cuestiones económicas en una situación tan difícil.

Antes de la llegada de Rajoy a Marruecos, Othmani había declarado que «necesitamos un diálogo largo y paciente para solucionar todos los temas en los que no estamos de acuerdo».

En una breve comparecencia de prensa sin preguntas, Benkiran y Rajoy solo intercambiaron halagos y promesas de un futuro halagüeño, muy en la línea de visitas parecidas en el pasado, incumpliendo los peores presagios de la prensa marroquí de que con el PP en el Gobierno español, las relaciones entraban en una deriva peligrosa.

«Nuestra relación solo puede ir a mejor», señaló Benkiran, quien auguró unas relaciones «difíciles» con el Estado español poco después de que su partido ganara las legislativas marroquíes el 25 de noviembre. En este contexto, se mostró convencido de que la reunión de ayer fue «el primer eslabón de una cadena de buenos encuentros».

Rajoy, por su parte, manifestó que «nuestro objetivo es abrir una etapa de cooperación profunda y sólida a todos los niveles», ya que considera a Marruecos como «un pilar fundamen- tal de la política exterior española» y estima que se deben reforzar sus «privilegiadas relaciones de amistad y buena vecindad que unen a ambos países».

«Soy uno de los muchos españoles convencidos de que la seguridad, la estabilidad y la prosperidad de Marruecos son en buena medida la seguridad, la estabilidad y la prosperidad de España; es mucho más lo que nos une que lo que nos puede separar», subrayó Rajoy obviando las históricas discrepancias en cuestiones como el Sáhara o Ceuta y Melilla, que tampoco fueron tratadas en la reunión.

«Democrático y estable»

Rajoy garantizó que el Estado español estará al lado de Marruecos para contribuir al éxito de sus «reformas políticas, económicas y sociales» porque «no hay en el mundo un país más interesado que España en contar con un Marruecos próspero, democrático y estable».

A su juicio, el proceso de reformas emprendido por Mohamed VI han situado al reino alauí «a la vanguardia del mundo árabe» y le han convertido en un «ejemplo a seguir».

Además de su interés por impulsar los intercambios comerciales, abogó por la cooperación en política interior y por colaborar en ámbitos como la cultura, la universidad, la ciencia o el deporte, y elogió la cooperación en materia de inmigración.