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Open de Australia

Una revancha en octavos

Kim Clijsters y Li Na reeditarán la final del año pasado, mientras el joven Tomic digue dando que hablar.

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Cyril BELAUD (AFP) | MELBOURNE

Kim Clijsters y Li Na ofrecerán al público de Melbourne la revancha de la final que protagonizaron en 2011, después de que ambas se clasificaran para los octavos de final en la jornada del viernes, tal y como hicieron también Rafael Nadal y Roger Federer, que parecen destinados otra vez a copar los papeles principales del abierto.

Aunque pudiera haber sido una final, el sorteo quiso que fuera de otro modo. El choque entre la flamenca Clijsters, poseedora del título, y la china Li se jugará en domingo, pero una semana antes que el año pasado. El enfrentamiento promete, entre dos jugadoras a la que les gusta tomar la iniciativa.

Li, favorita número 5, estará más relajada que hace un año, cuando jugó su primera final de un Grand Slam. «Jugamos de la misma manera, es como jugar contra un espejo», comentó la china, clasificada por el abandono de la española Anabel Medina en el tercer juego.

Clijsters, por su parte, se mostró encantada de encontrarse de nuevo con la china. No obstante, si no quiere marcharse a casa antes de tiempo la flamenca deberá elevar el nivel mostrado contra la eslovaca Daniela Hantuchova, número 20 mundial, a la que superó con un resultado engañoso (6-3, 6-2).

Con una de las dos eliminada prematuramente, Caroline Wozniacki, número uno del mundo, y Victoria Azarenka, número tres, pueden pretender ir mucho más lejos. La danesa eliminó a la rumana Mónica Niculescu (6-2, 6-2) y jugará un partido intenso de octavos frente a la serbia Jelena Jankovic, número 13 mundial. Azarenka sigue estando intratable y, aunque tardó un poco en cerrar el segundo set, también se deshizo sin mayores problemas de la alemana Mona Barthel (6-2, 6-4).

El fracaso estadounidense

Las estrellas masculinas siguen a pleno rendimiento. Nadal, número dos del mundo, consiguió lo que él mismo calificó como su «mejor partido» del torneo frente al eslovaco Lukas Lacko (6-2, 6-4, 6-2), uno de los pocos jugadores que puede presumir de haberle metido un 6-0 al balear, en Doha 2011.

«Estar en octavos sin haber perdido un set es una noticia fantástica», apreció el español, que se enfrentará en octavos a su compatriota Feliciano López, número 18 del mundo, que derrotó a John Isner por 6-3, 6-7 (3/7), 6-4, 6-7 (0/7) y 6-1.

La eliminación de Isner significa que por primera vez en la era Open -que se puso en marcha allá por 1968- ningún estadounidense estará en octavos de final del torneo australiano. Un nuevo fracaso para el apocado tenis norteamericano.

Tal y como sucedió con Nadal, Federer, número tres mundial, también apareció en su mejor forma. Con sus habituales nervios de acero, se quitó de encima por 7-6 (8/6), 7-5 y 6-3 al croata Ivo Karlovic, siempre peligroso por su potente servicio. «En general, me siento bien», dijo. «Ha sido un buen partido y una buena semana. No he sentido nada en la espalda y ni he pensado en ello».

En la próxima ronda, Federer se medirá al prometedor Bernard Tomic. El australiano de 19 años ganó su tercer partido de cinco sets contra el ucranio Aleksandr Dolgopolov.

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