París suspende su misión y podría anticipar su retirada de Afganistán
El Estado francés suspendió ayer sus operaciones de formación y ayuda al combate en Afganistán y amenazó con acelerar la retirada de sus tropas del país, después de que un soldado afgano que recibía instrucción matara a cuatro militares franceses e hiriera a otros quince en Kapisa. Este suceso ha puesto de nuevo de relieve las dificultades a las que se enfrentan las tropas de ocupación de la OTAN.
GARA |
El Gobierno francés amenazó ayer con anticipar la retirada de sus tropas de Afganistán, prevista para finales de 2013 aunque iniciada ya de forma gradual, después de que un soldado afgano en instrucción acabara con la vida de cuatro militares galos e hiriera a otra quincena, ocho de ellos de gravedad, en un ataque ocurrido en la provincia de Kapisa, en el este del país.
Como primera medida tras conocerse el ataque, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció la suspensión de las operaciones de entrenamiento y ayuda al combate que las tropas francesas realizan con el Ejército afgano y anticipó que «si no se dan las condiciones de seguridad, se planteará la cuestión de una retirada anticipada de las fuerzas francesas».
La «difícil» decisión, anunciada a tres meses de las elecciones presidenciales francesas, será tomada en función de un informe que Sarkozy ha encargado al ministro de Defensa, Gérard Longuet, y al jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Edouard Guillaud, quienes se trasladaron inmediatamente al país centroasiático ocupado por tropas de la OTAN.
Los hechos ocurrieron cuando un afgano con uniforme de las Fuerzas Armadas de su país, y que se encuentra detenido, mató a tiros a cuatro soldados franceses e hirió de gravedad al capitán del destacamento. El tiroteo se produjo en el marco de un entrenamiento en el interior de la base de Gwam, en el valle de Tagab, en Kapisa, cuando las víctimas estaban desarmadas y haciendo footing, según el Ministerio francés de Defensa.
En su discurso anual ante el cuerpo diplomático acreditado en París, anunció que abordará la cuestión con su homólogo afgano, Hamid Karzai, que visitará el Estado francés el próximo viernes, día 27.
Se multiplican los ataques
Sarkozy aseguró que su Ejército «está al lado de sus aliados», pero subrayó que es «inaceptable» que uno solo de sus soldados resulte muerto o herido.
Una contradicción que resume el desafío al que se enfrentas las tropas de ocupación de la OTAN, ya que en tres años sus 130.000 soldados abandonarán el país después de haber formado y confiado la seguridad del país a los soldados y policías afganos, al no haber podido derrotar a la insurgencia talibán. Por eso, el anuncio de Sarkozy sorprendió.
Para la OTAN el problema radica en cómo seguir formando a las fuerzas afganas y evitar ese tipo de ataques que se multiplican, según indicó AFP. Su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, subrayó ayer su inten- ción de seguir realizando labores de instrucción así como el carácter «aislado» del suceso.
Sin embargo, según un informe confidencial de la Alianza, revelado ayer por «The New York Times» y citado por AFP, «los altercados mortales están lejos de ser raros o aislados, reflejan una amenaza homicida sistémica que crece rápidamente» y cuyas pérdidas representan el 6% de las pérdidas totales de la OTAN durante el periodo considerado.
El texto reduce al mínimo la infiltración de talibanes y dice que esos ataques responden más a disputas y diferencias personales que a razones ideológicas.
El ataque de ayer en Tagab, que eleva a 82 el número de militares galos fallecidos desde la invasión del país en 2001, dejó quince heridos, todos ellos franceses. Ocho de ellos se encuentran graves.
No se sabe si el agresor era un talibán infiltrado o no, pero los insurgentes se felicitaron por lo ocurrido. En un correo electrónico enviado a los medios, el portavoz de los talibanes afganos, Zabihulah Muyahid, señaló que «hay un cierto número de soldados afganos que tienen una dignidad afgana e islámica en sus corazones y que han llevado a cabo una serie de ataques contra las tropas extranjeras».
Los talibanes condenaron ayer los supuestos abusos cometidos por dos soldados británicos sobre dos menores afganos que se han conocido esta semana y clamaron venganza ya que las tropas extranjeras «han comenzado a cavar sus propias tumbas» y merecen «los últimos reveses ejemplares» con el fin de «restaurar el honor y dignidad» de Afganistán y «garantizar nuestra independencia». El Ministerio británico de Defensa informó de que los dos militares están detenidos.
En un comunicado colgado en su web, el Estado Islámico de Afganistán, nombre de la insurgencia talibán, denuncia que sus conciudadanos «indefensos, oprimidos y sometidos», en este caso un niño y una niña de 10 años, han sido víctimas de un «acto inmoral y vergonzoso».
Los talibanes prometieron que los actos de los soldados extranjeros no quedarán impunes y serán vengados.
Para los talibán lo ocurrido, al igual que el caso de los marines de EEUU que orinaron encima de los cadáveres de milicianos muertos, constituye «un ejemplo de los estándares éticos de los soldados ocupantes». Por ello, llaman a los afganos a «cerrar filas y a negar al enemigo la oportunidad de jugar una vez más con nuestra castidad y honor» y «vengar estas acciones criminales».
El grupo pide a los países del mundo que muestren su «solidaridad con el Emirato Islámico de Afganistán como verdadero representante del pueblo afgano» para evitar que estos actos se repitan y reclaman a la ONU y a las organizaciones de defensa de los derechos humanos que no los vean como «incidentes aislados» sino como «muestra de lo salvaje de estos militares y los condenen». GARA
Seis marines estadounidenses murieron el jueves al caer su helicóptero en el sur del país. La OTAN informó que «no había actividad del enemigo» en la zona donde se estrelló el aparato, por lo que afirmó que los informes iniciales apuntan a un accidente.