Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Izaskun Mujika marcaba el primer gol del partido, que ponía por delante a Kukullaga, y no todos los rivales pueden decir que han ido por delante de Itxako. El empate a dos constituía la última ocasión en que se podía hablar de equilibrio, porque a partir de ahí Itxako salió disparado sin dejar resquicio a ninguna duda.

Pese a lo abultado de la derrota, es de agradecer la actitud del equipo navarro, que se dedica a lo suyo con el máximo empeño de que son capaces hasta el último segundo, con un respeto total por rivales inferiores, como en el caso de Kukullaga, y también por el propio juego y los espectadores, que merecen recibir el máximo de lo que cada equipo puede ofrecer, sin peros.

Así, Itxako conseguía la mayor diferencia de goles a favor en un partido liguero fuera de casa (27), superando los 22 que había logrado en tres ocasiones anteriores (ante el Leganés en la temporada 2002-03, y ante el Ribarroja de las horas bajas en la 08-09 y 09-10). Y también igualaba su tope de mayor cantidad de goles marcados lejos de Lizarra (41), tras el 25-41 de la pasada temporada en León.

Kukullaga sufrió la eficacia de la defensa navarra, y encajó un buen número de goles al contrataque como consecuencia de ello, aunque en esta ocasión la mentalización previa mitigaba el dolor de la amplia derrota, y quien más quien menos disfrutaba en el pabellón del nivel del juego de Itxako, muestra de lo que se puede llegar a conseguir con calidad y un buen trabajo.

El resto del partido fue una etapa más de la preparación del mes de enero para Itxako, con descanso para Nerea Pena y Macarena Aguilar en este encuentro, dentro del plan de rotaciones de Ambros Martín para recuperar a las jugadora que participaron en el Mundial.

Por último, Castro vencía ayer al Gijón (25-18), en un duelo directo en la zona de descenso.